FUENLABRADA 1 - PONFERRADINA 1
El Fuenlabrada salva los muebles en el minuto 89
La Ponferradina puso contra las cuerdas a los de Mere. Una falta botada por Hugo Fraile en el 89' igualó el tanto de Larrea. Los de Mere siguen invictos.
El Fuenlabrada entró en el partido con ese nivel de confianza de aquellos que no temen a nadie, y es que los de Mere llevaron la iniciativa en los primeros minutos de partido. Su juego a balón parado y el vértigo desde las bandas de José Fran y Hugo Fraile pusieron en jaque a la defensa de la Ponferradina. Sin embargo, cuando encaraban la portería de Manu García las piernas les temblaban.
No tardaron los bercianos en sacudirse este dominio local. Valcarce, lateral de la Ponfe, enmudecía al Torres con su jugada individual por la banda y su pase de la muerte, que Glauder despejó in-extremis. Después de esto, el enfrentamiento se convirtió en un correcalles donde el Fuenlabrada tuvo más llegadas pero la Ponferradina puso ocasiones pero, sobretodo, lo importante del deporte rey, el gol. En el 31’, Larrea recibía el balón en la frontal del área y con un potente tiro raso colocó el balón en la cepa del palo izquierdo, imposible para Ribas. El Fuenlabrada no se arrugó y siguió con el mismo plan de juego, pero volvía a adolecer de lo mismo: poco acierto de cara a puerta.
El inicio de la segunda parte volvió a ser de dominio azulón. Tanto que en el 47’, el árbitro Galedi Apeztegui pitó penalti por mano de Yuri. El tiro de Fraile, raso y seco, lo detenía primero Manu García y, luego, el larguero. El acierto del portero de la Deportiva y la mala fortuna noqueó a los de Mere, quienes no encontraron el camino para derribar el muro de la Ponferradina, sólido e inexpugnable.
Cuando el Fuenlabrada estaba cerca de poner la primera derrota en su casillero, una falta lateral botada por el francotirador fuenlabreño Fraile se paseaba por el área hasta introducirse en la portería de Manu García. El Torres estalló, pero la intervención del VAR heló el feudo fuenlabreño. Después de varios minutos de incertidumbre, el gol fue validado y la parroquia azulona respiró tranquila. Ambos equipos enterraron el hacha de guerra, dieron por bueno empate y enfilaron los vestuarios sabiendo que ellos, los nuevos de la clase 2019-2020, darán mucha guerra en Segunda División.