Llega el acto final del vodevil por Neymar
Todo está decidido, pero el caso no está cerrado y pasará factura. El jugador, por su parte siempre se ha guardado en la manga un as.
A las doce de la noche de hoy concluirá uno de los vodeviles más grotescos que ha protagonizado el Barcelona en su historia. De no mediar un giro de guión más propio de una teleserie que de la vida real, acabará tal y como empezó: con Neymar en el París Saint-Germain y el Barcelona envuelto en dudas. Cuando se cumpla el tiempo y ya se dé por cerrado el mercado será el momento de formular las preguntas al Barça, que deberá responder muchas cuestiones, pero de momento, vamos a los hechos contrastados.
A día de hoy, nadie, ni en Barcelona, ni en París ni en Brasil dan un céntimo para que la operación de traspaso se lleve a cabo. En el Camp Nou han visto como su idea de ir a comprar a uno de los mejores jugadores del mundo sin dinero no era especialmente bien recibida por la cúpula directiva del PSG. No parece tan raro.
El jugador, por su parte siempre se ha guardado en la manga un as para no acabar de enfadar ni a su actual equipo ni a otros potenciales compradores, y ya acepta resignado su destino. Que no es otro que quedarse en París un año más y luego volver a montar la obra de teatro. No se sorprendan si el vodevil tiene una segunda temporada el próximo invierno o, a más tardar, el verano que viene cuando el precio de salida del brasileño esté fijado por una cláusula de rescisión de 170 millones de euros.
En el PSG ya se hacen a la idea de que hay que montar una campaña de limpieza de imagen del brasileño aprovechando que la liga francesa para dos semanas. Son de la opinión que dos goles oportunos de Neymar arreglarían su desencuentro con la grada del Parque de los Príncipes. De hecho, de los ultras del PSG (que son los que han montado las campañas en contra del brasileño) no se espera otra cosa que no sea obediencia extrema a lo que mande la dirección del club. Si les dicen que ahora toca aplaudir, aplaudirán hasta que se les sangren las manos.
Sin esperanza. Según explican las fuentes cercanas a Neymar, el jugador está muy desencantado. Realmente, creía que la opción de ir al Barça era posible. Probablemente, de las tres partes vinculadas en la negociación era la más engañada de todas. Llegó incluso a poner, según publicó Sport, 20 millones de euros a última hora para facilitar el acuerdo. Desde la prensa gala, se hace burla del Barça reeditando la famosa frase de "se queda" que Piqué dijo hace dos años. Una frase que nunca se debe utilizar en vano. Ya quedó demostrado que pronunciarla a destiempo es escupir hacia arriba. Esto no se ha acabado. Como muy tarde, dentro de un año, más.