El Barça se planta ante el PSG, pero todavía no tira la toalla
Rechazaron la contraoferta del equipo francés y buscarán ganar en la prórroga. Desde el lado culé creen que el fichaje se resolverá en el último minuto.
Nuevo golpe de efecto en la negociación del Barcelona y el París Saint Germain por Neymar. A tres días del cierre del mercado, las apuestas ya son a la desesperada en la partida de cartas que juegan ambas entidades. En la puja de ayer, el PSG subió la apuesta ante la oferta del Barcelona, que en su última visita a París propuso pagar 130 millones, más Todibo y Rakitic y la cesión de Dembélé. Una oferta astronómica que fue despreciada por los franceses que respondieron pidiendo más dinero (215 millones) y menos jugadores.
A esta contraoferta el Barcelona respondió mediante un correo electrónico que era inaceptable. Económicamente el PSG pedía algo imposible para la entidad blaugrana. En ese momento, parecía que todo se había roto y que el serial acababa.
Farol. No obstante, desde la parte negociadora del Barça no se tiraba la toalla. Piensan luchar el partido hasta el descuento. Consideran que la contraoferta del PSG era una provocación que será corregida cuando vean que la situación de Neymar en el equipo es insostenible. Creen que queda tiempo para reflexionar y, especialmente, para convencer a Dembélé de que se apunte a la causa.
El extremo francés se ha negado en redondo a entrar en la operación y ahí reside una de las claves del intercambio. Realmente, sin Dembélé no hay camino porque él tiene la llave de la puerta de la sala de reuniones.
Thomas Tuchel, entrenador del PSG que tuvo a Ousmane bajo sus órdenes en el Borussia de Dortmund durante dos temporadas, llamó personalmente al jugador francés para tratar de seducirle, pero la idea del extremo era pétrea. Está obstinado en triunfar en el Barcelona y no quiere moverse por nada del mundo.
Caso diferente es Rakitic, pero la participación de futbolistas no entusiasma a un PSG que sigue sin fiarse del Barcelona. En esta partida hay dos contendientes que se llevan fatal desde los tiempos en los que Qatar (estado que es el dueño del PSG) patrocinaba al Barcelona hasta que esa relación se rompió a causa de la desaprobación de una masa social que en las asambleas llegó a calificar al emirato como un país terrorista que atentaba contra los derechos humanos y que era contrario a los valores del Barça.
Qatar se sintió mal defendido por la junta de Bartomeu y desde entonces las relaciones son inexistentes. En el Barça siguen pensando que los parisinos no quieren vender a Neymar porque si hubieran querido lo habrían ofrecido a los equipos ingleses, que ya no pueden fichar. Desde el otro lado, creen que todo es un teatro del Barça para contentar a las estrellas amigas de Neymar que piden su regreso.
La desconfianza paraliza actuaciones mientras el tiempo corre. De momento, cada jugador se mantiene firme, pero se espera un movimiento de última hora que resuelva la partida definitivamente.