Evitar la erosión: el gran objetivo de Alexis en el Inter de Milán
Un fichaje mediático por su nombre, por lo ofrecido hace no tanto en Inglaterra, pero realmente con muchas dudas a nivel deportivo por las últimas dos temporadas.
Alexis Sánchez se ha convertido recientemente en nuevo jugador del Inter de Milán tras llegar procedente del Manchester United en calidad de cedido. Un traspaso que venía siendo un secreto a voces y cumple, así, con varios objetivos. Por un lado, Antonio Conte tendrá a su disposición un jugador que había pedido, el Inter de Milán se refuerza con un jugador importante para el ataque y el Manchester United se deshace de un jugador con el que no contaba.
Una de las claves de la salida estaba en Old Trafford. Primero, evidentemente, porque no entraba en los planes y, de haber seguido, parecía destinado a ser suplente. Segundo, sobre todo, porque el club inglés se ahorrará una muy importante ficha salarial. El chileno era el jugador con el sueldo más alto del fútbol inglés. Era el gran problema. Un futbolista que no contaba, que su rendimiento había estado muy lejos de lo esperado y que tenía unas condiciones económicas estratosféricas, alejadas de un rendimiento muy pobre.
Alexis Sánchez llegaba a Inglaterra en el verano de 2014 procedente del Barcelona para convertirse en jugador del Arsenal. Su etapa en las filas azulgranas había sido algo irregular, alternando grandes actuaciones con etapas de menor rendimiento. Su espectacular determinación en Italia, en el Udinese, había hecho que el Barcelona le fichara, pero sus estadísticas fueron irregulares, con altibajos, y finalmente puso rumbo a la mediática Premier League.
Allí, en el Norte de Londres, recuperaría su mejor versión, volvería a ser el futbolista determinante que se esperaba. Allí, en la Premier League, se convertiría en uno de los mejores jugadores del torneo, en uno de los mejores futbolistas del fútbol europeo. Entrando desde banda, sería una de las grandes referencias del Arsenal a nivel ofensivo, tanto a nivel de asistencias como en materia goleadora. Sin duda, una de sus etapas más brillantes de su trayectoria recientemente.
Pero pasaron las temporadas, los años, y Alexis Sánchez aspiraba a más, quería conseguir títulos, pelear realmente por torneos importantes. Tras dos veranos sonando para salir y dejar el Arsenal, en el mercado de fichajes invernal de 2018, puso rumbo a Manchester para ser nuevo jugador del Manchester United.
Una operación que debe ser analizada desde varios planos. Por un lado, el económico-deportivo desde el punto de vista Gunner. Su salida se traduciría en la pérdida de uno de sus mejores jugadores, pero ya se había negado a seguir, no quería renovar, y eso presentaba un futuro en el que podría incluso salir a coste cero, sin dejar ingresos. Era el doble escenario al que debía hacer frente el Arsenal: perder a su estrella en mitad de la temporada por un precio menor al valor de mercado o perderle sin recibir nada a cambio. Salió, y lo hizo en una operación de 34 millones de euros.
Alexis firmaba, sin saberlo, uno de los puntos de inflexión más importantes de su carrera. Desde entonces, desde aquel traspaso, una temporada y media decepcionante, muy alejada de las expectativas, de lo esperado. Un fichaje que se ha traducido en un estado cercano al fracaso. Todo ello con un sueldo estratosférico. Era el jugador con el sueldo más alto de la Premier League, y al mismo tiempo uno de los futbolistas con menor relevancia deportiva del campeonato. Una contradicción que, finalmente, este verano, se ha vuelto a traducir en una salida. Ahora hacia Italia, hacia el Inter de Milán, donde se reencontrará con Romelu Lukaku (compañero en las filas del Manchester United).
Un fichaje mediático por su nombre, por lo ofrecido hace no tanto en Inglaterra, pero realmente con muchas dudas a nivel deportivo por las últimas dos temporadas. Su salida del Arsenal ya se produjo en un cuestionado estado de forma. Las voces sabias del lugar afirmaban que era su forma de mostrar su malestar. Pero su fichaje por el Manchester United en 2018 ya se produjo en un cuestionable momento deportivo y fue allí, en Old Trafford, donde seguiría confirmando su erosión, su dinámica descendente. Todo ello con su importante salario de fondo, lo que hacía acentuar la situación.
Ahora tiene en Italia una nueva oportunidad para volver a rendir a buen nivel. Ya conoce el torneo (jugó allí en las filas de Udinese), tiene un técnico que ha sabido gestionar grandes proyectos, y sale del contexto inglés donde sus últimos meses han sido complejos. La gran duda será analizar si su trayectoria sufre un punto de inflexión al alza o si, en cambio, se mantiene estancado y su caché en Europa sigue descendiendo.