EIBAR
Un Eibar sin ideas claras
El conjunto armero ha mostrado su cara más desconocida de los últimos años en este inicio de temporada.
La presión alta, el control del balón y la profundidad en ataque son las máximas por las que José Luis Mendilibar siempre ha apostado a la hora de entrenar. En los últimos años, el Eibar había demostrado ser capaz de interiorizar esos conceptos, con un futbol inteligente y práctico que le ha permitido estar donde está tantos años después. Los jugadores, adaptados como una máquina bien engrasada, tenían claro cual era su papel. Sin embargo, parece que en este inicio de curso la brújula de los jugadores ha decidido dejar de marcar el norte.
Tras la derrota en Son Moix y el empate en El Sadar, la conclusión es clara: el Eibar visto sobre el terreno de juego es un Eibar irreconocible. La columna vertebral del equipo del año pasado apenas ha sufrido cambios y los seis fichajes realizados no han supuesto una revolución excesivamente grande dentro del club, sin embargo, parece que la ausencia de pesos pesados como Jordán y Peña, o enchufados como Cucurella está pesando mucho más de lo esperado. De hecho, el centro del campo armero se ha convertido en un lugar hostil, por el que el balón apenas ha podido pasar, a diferencia de la temporada pasada con Jordán. A los de Mendilibar se les ha percibido nerviosos con el balón en los pies, faltos de ideas y en ocasiones, demasiado precipitados.
Otra de las flaquezas más notables ha residido en las bandas, en las que los centros al área se han convertido casi en un artículo de lujo en estos dos primeros partidos de liga. La marcha de Peña ha supuesto un duro golpe en el carril derecho, donde a pesar de la buena actuación de Tejero, todavía existen demasiados detalles a pulir. Desdobles con Orellana, centros desde cualquier lugar del ataque…
La solución no será sencilla, ni rápida. Mendilibar deberá tratar de dar con la tecla adecuada que le permita alinear un once que cumpla con lo que él pide, quizás con los nuevos fichajes que aún se encuentran sin adaptar del todo, o con emparejamientos no utilizados hasta la fecha. El equipo parece tener el potencial, sin embargo, hasta la fecha, lo único que ha enseñado es su falta de ideas sobre el verde.