Paco Castellano: "No éramos un equipo, sino una familia"
Se le corta la voz. Lágrimas. "Perdona que me emocione", dice al hablar de Las Palmas. El club que tanto siente acaba de cumplir 70 años.
Las Palmas celebró el jueves 70 años de vida. ¿Siente este cumpleaños como si fuera suyo?
Por supuesto. Lo llevaré con mucho orgullo. Quiero participar de ello. Es algo tremendo que la gente de Gran Canaria se siga acordando tanto de todos nosotros.
Cuando uno celebra su cumpleaños siempre se le vienen a la cabeza imágenes sobre su vida. ¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de la UD cuando echa la vista atrás?
Me acuerdo perfectamente de que, en mi época, no éramos un equipo sino una familia. Son recuerdos muy agradables, por supuesto. Es que en aquellos tiempos disfrutábamos muchísimo. Tengo mucho contacto con Germán Dévora, Páez, Hernández... Siempre veo a José Manuel (‘Mamé’) León. Ya se nos fueron los Gilbertos, que eran grandes amigos míos. Como mi cuñado Martín. Esto se quedará para siempre.
¿Cuál fue su mejor y peor momento en Las Palmas?
(Se lo piensa). Lo que puedo decir es que supimos llevar muy bien los malos momentos que tuvimos. Los mayores nos reunían para decirnos: “La Unión Deportiva Las Palmas es nuestra. Tenemos que sacar esto adelante”. Así salíamos al campo, a morir. Jugando de esta manera, y apoyándonos en los malos momentos, disfrutábamos mucho.
Usted compartió muchos años defensa con Tonono, un líbero de época al que una cirrosis hepática se llevó demasiado pronto. ¿Qué significó jugar al lado de semejante leyenda del fútbol grancanario?
Fue una experiencia maravillosa. No solo por que lo significó como futbolista; es que era un hombre maravilloso. Siempre ayudaba a todo el mundo. Son momentos que tampoco se te pueden olvidar nunca. Era tan agradable jugar al lado de todos ellos…
¿Cómo le explicaría a los más jóvenes de Las Palmas que su equipo fue subcampeón de liga (1969)?
Realmente es algo que, actualmente, cuesta creer. A esos aficionados y jugadores jóvenes de ahora les diría que quien se vista con la camiseta de la Unión Deportiva Las Palmas y lleve ese escudo en el pecho tiene que tener fuerza para salir siempre a por la victoria. Y sobre todo, que el equipo no haga el ridículo. Se puede perder, pero si esto pasa que siempre sea tras haber dado la cara.
Usted disfrutó de infinidad de tardes de gloria cuando jugó en el mítico Estadio Insular. ¿Qué se le pasa por la cabeza cuando pasea por allí?
Sinceramente, me emociono mucho. Viéndolo ahora, creo que no se ha sabido mantenerlo para los jóvenes deportistas; es una pena tremenda. Podría haberse quedado para que la gente joven de nuestra cantera siguiera allí jugando al fútbol. Ahora, con bares y demás… Se podría haber hecho de otra manera.
¿Cuántas veces se ha preguntado a dónde hubieran llegado usted, Tonono, León, Germán o Guedes hoy en día?
(Suspira). Estoy súper orgulloso de haber vestido la camiseta de Las Palmas. Solo he jugado con esta, que tan grande es, e insisto en que es un orgullo tremendo. Jugué 14 temporadas en Primera División, más que nadie, con la UD. Perdona que me emocione… (Llora).
Faltaría más. En su opinión, ¿quién ha sido el futbolista más importante de la UD?
Para mí, Germán Dévora. También, por supuesto, tengo que reconocer a Juanito Guedes o Tonono, que se nos fueron muy pronto. Demasiado. Pero Germán, con la pelota, era el no va más.
En Las Palmas ha sido de todo: jugador, entrenador, delegado… ¿Le queda algo?
(Se ríe). He sido entrenador, jugador, delegado, secretario técnico de filiales… Siempre estaré dispuesto a colaborar. Sinceramente, creo que al club le hace falta contar con más gente de nuestra tierra, personas a las que les duela la Unión Deportiva Las Palmas. Es algo que estamos echando mucho de menos. Se lo he dicho al presidente, Miguel Ángel Ramírez, pero no ha hecho lo que creo que debería hacerse. La entidad debería contar en su estructura con gente de aquí, que haya jugado en Las Palmas, que sienta lo que es este club. Son ellos los que deberían estar ahí.