Denis hurga en la herida del Valencia
El mediapunta gallego, que pudo ser che este verano completó un partido extraordinario. Toro marcó el único tanto con un genial taconazo. Rodrigo fue suplente.
El caso Rodrigo, que sorprendentemente fue suplente en Balaídos, afectó al ánimo de los jugadores valencianistas. Mucho más enchufado salió el Celta, que tardó un cuarto de hora en fabricar una jugada perfecta. Kevin se incorporó por la diestra, Aspas distrajo a la zaga ché en la frontal del área y abrió para Denis, quien sirvió a Toro Fernández para que culminase la acción con un tanto de espuela. Sencillamente extraordinario. El gol dio aún más alas a los locales, mientras que los chés no sabían reaccionar. Aspas tuvo el segundo en su bota izquierda, pero Paulista se interpuso in extremis, con Cillessen ya batido. Marcelino estaba desesperado en la banda, Rodrigo se comía las uñas en el banquillo y el Celta no paraba de amenazar en cada jugada. Hasta que a la media hora despertaron los visitantes. Sólo Rubén Blanco evitó el empate con una espectacular parada a un tiro de Wass. El Valencia se fue haciendo grande con el paso de los minutos y Guedes tuvo otra oportunidad antes del descanso.
El final de la primera parte hacía presagiar un Valencia más agresivo en el segundo acto. No fue así. Los célticos nunca tuvieron vértigo al triunfo y dominaron con solvencia. Sólo Cillessen impidió una victoria más cómoda de los locales, con tres paradas antológicas. Primero evitó el doblete de Toro y luego se ensañó con su amigo Denis, el mejor del partido de largo. Impidió el tanto del salcedano con una mano imposible y después le paró un penalti. El Valencia estuvo desaparecido en combate, tanto sin Rodrigo como con él. Su presencia no cambió el guión del encuentro y aumenta las dudas en Mestalla. El Celta, por su parte, da un golpe en la mesa con una imponente victoria.