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Atlético ATM
1
Morata 22',Renan Augusto 41'
Getafe GET
0
Jorge Molina 37'
Finalizado

ATLÉTICO 1 - GETAFE 0

Nuevo Atleti, igual padecer

Empezó arrollando al Getafe y acabó pidiendo la hora. Morata marcó el gol de la victoria, pero falló un penalti. João Félix se fue tocado. Ángel estrelló un tiro en el larguero.

Madrid

Enseñó muy pronto el nuevo Atleti del Cholo que tiene mucho del viejo. O aquello que Simeone buscó en el mercado, una vez el tiempo alcanzó a los mejores, a Juanfran y Filipe Luis: laterales profundos y agresivos, laterales que son casi extremos. La revolución del Atleti 2019-20 no eran los fichajes (titulares tres de los ocho). La revolución era un sistema 4-3-1-2 que rompía un innegociable, su 4-4-2: Lemar suelto por detrás de Morata y João Félix, Thomas (que adelanta a Llorente, por cierto, ahí queda) de pivote, con Koke y Saúl que se lateralizaban para darle metros a Trippier y Lodi. Un rombo en el dibujo que para el Cholo es el noveno fichaje. Lo pulió y pulió este verano en San Rafael. Llenó los primeros minutos de partido hasta que el árbitro lo estropeó con las tarjetas.

La velocidad de sus laterales fue gasolina para el Atleti ante un Getafe que de orden y paciencia sabe un rato y jugaba con más fricción que pelota. Este era uno de esos partidos que se disputan con casco y coderas, asperísimo. Trippier trató de aprovecharse de la sorpresa que Bordalás intentó con su once: tres centrales, Cabrera en el lateral. Mientras un Lemar libre y resucitado torturaba, vertical, veloz y finísimo, Saúl se frotaba la bota jugando como volante central mientras Djené ataba de cerca el talento de João Félix, incapaz de encontrarle un resquicio. Su nombre, por cierto, ya estaba en la espalda de muchas camisetas anoche en el Metropolitano. ¿Griezmann? ¿Quién es Griezmann?

Con el campo volcado, buscaba con ahínco el Atleti el gol. Si a la primera Saúl envió un pase de tiralíneas a la espalda de la defensa que Trippier hizo centro y Soria detuvo, a la segunda llegó. De nuevo los mismos, Saúl y Trippier, pero con Morata añadido: sólo tuvo que meter la cabeza para quitarle el envoltorio al centro-caramelo del inglés. Era el minuto 23’ y, sin que pasara mucho más que un balón de Fajr que se envenenó en su vuelo a la portería de Oblak, la mano de Cuadra Fernández se calentó y, cuando llegó el descanso, los dos equipos caminaron al túnel con un hombre menos.

Primero lo perdió el Getafe, a Jorge Molina. Porque en una jugada en el centro del campo Thomas se le cruzó y le pisó en el talón. De manera fortuita, de manera involuntaria absolutamente. Amarilla. Pero un pitido en la oreja del árbitro lo llevó a la pantalla y, cuando regresó, al signo de VAR le siguió un cambio en el color de la tarjeta. Roja. A la ducha. Cuatro minutos después le seguía Lodi con dos amarillas en un minuto. En el 40’ por un agarrón. La del 41’ fue más dudosa pero con igual castigo. A la ducha y otro castigado: a Saúl le tocaba irse a esa posición que no le gusta y parece perseguirle. El lateral izquierdo.

El descanso devolvió al Getafe sin Cabrera y con Raúl García. Simeone tardaría veinte minutos en dar entrada a otro fichaje, Mario Hermoso, que ocupaba el sitio de un jugador que había callado y levantado ya al Metropolitano. Sí, João Félix. Por cómo se iba, con la mano atrás, quizá con molestias. Por esa jugada que hizo cuando le encontró un resquicio al Getafe. Escandalosamente maradoniana.

Recoge el balón en su campo y, con él cosido al pie, conduce. Da igual que los rivales salgan a su encuentro con intención de detenerle. A unos los regatea, a otros los esquiva y sigue, sigue, sigue hacia la portería rival. Sólo al final logró el Getafe detenerle. Con penalti. Lo lanzó Morata, lo paró Soria. El partido se oscureció. Mucho más denso, físico, lleno de interrupciones y un miedo para el Cholo: no había tirado ni una vez el Getafe a portería y no lograba el Metropolitano quitarse de encima la pegajosa sensación de que en cualquier momento podía llegar el empate del Getafe. Se despediría el partido con otra foto del viejo Atleti: un autobús de hombres en el área de Oblak, molinillo de hombros de Simeone pidiendo voz al estadio y Ángel poniendo de punta sus nervios con un trallazo a la cruceta.

Pero pitó el árbitro y se acabó el sufrir. Ganó el Atlético con su 1-0 de siempre y eso que, con ustedes, ya João Félix. Se le va a disfrutar.