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ESPANYOL

Zorya Luhansk, un tren de esperanza en la guerra silenciada

El próximo rival del Espanyol juega a 400 km de casa por el conflicto ucranio, que ha coincidido con su auge: cuatro playoffs y una fase de grupos en el último lustro.

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Zorya Luhansk, un tren de esperanza en la guerra silenciada
VALENTYN OGIRENKOREUTERS

Evita el Espanyol verse las caras en el decisivo playoff de acceso a la Europa League con el club central de deportes del ejército búlgaro, las siglas del CSKA de Sofía. Lo hará con un rival de menos renombre y, sin embargo, con más potencial estos años, empezando por su acceso a la fase de grupos 2017-18, en que llegó a derrotar al Athletic Club en San Mamés (0-1).

Fundado en 1923 por los trabajadores ferroviarios de la Fábrica Locomotora Hartmann, bajo el nombre de Metalist, poco destacó el Zorya Luhansk hasta su sorprendente título de Liga en la Unión Soviética de 1972. Casualidad o no, su gran padrino en los años 60 había sido Vladimir Vasilievich Shevchenko, primer secretario en Lugansk (entonces, Voroshilovgrado) del Partido Comunista.

Al desintegrarse la URSS, solo el patrocinio en 1992 de una asociación científico-industrial, de nombre MALS, le salvó de la quiebra, aunque le sucedieron años de desastres financieros, subidas y bajadas. Hasta este último lustro, con un acceso a la liguilla y cuatro disputas, con la de ahora, del playoff.

Ha coincidido su auge con el estallido del conflicto en Ucrania, que lleva muchos meses silenciado en los medios pero que sigue cobrándose muertes, más de 10.000, especialmente en la región de Donetsk y de Lugansk, limítrofes con Rusia. Es por ello que el Zorya juega sus partidos a 400 kilómetros y siete horas en coche, en Zaporiyia. Todo un éxito sobrevivir. Y, triunfar, una hazaña.