RAYO VALLECANO I ENTREVISTA AS
Iván Amaya: "Todo lo que soy se lo debo al Rayo Vallecano"
El entrenador, de 40 años, defendió la camiseta del Rayo desde 1998 a 2000. Este año ha vuelto a casa para hacerse cargo del Juvenil B y transmitir a las nuevas generaciones todo lo que aprendió y sintió durante su etapa como rayista.
- ¿Qué siente al volver al Rayo 19 años después?
- Una ilusión tremenda. Es un orgullo volver a mi casa, al club gracias al cual llegué a la élite del fútbol. Me acuesto por las noches y parece que estoy soñando aún. Este equipo me dio la oportunidad como futbolista en su momento y ahora encima también me permite emprender mi camino como entrenador. Todo lo que soy se lo debo al Rayo.
- ¿Qué significa el Rayo Vallecano para usted?
- Para mí es un sentimiento. Además, en mi casa son todos del Rayo, mi hermano ha jugado aquí, mi hijo pequeño también ha firmado por el equipo ahora… Entonces para nosotros este club lo es todo. Gracias a él mi familia ha podido salir adelante y está en una situación en la que nunca pensábamos que estaría.
- ¿Cómo surge la oportunidad de entrenar aquí?
- Pues ya llevábamos tiempo en contacto y cuando surgió la oportunidad no tuve ninguna duda en venir. Quiero dar las gracias presidente y al director deportivo por confiar en mi trabajo.
- ¿Cómo ha sido la transición de futbolista a entrenador?
- La verdad es que es un mundo muy diferente. Yo creo que ahora es cuando me doy cuenta que los futbolistas son egoístas. Cuando eres jugador acabas de entrenar, te vas a casa y no te acuerdas de nada más. Si lo has hecho mal te vas enfadado, pero llegas a casa y se te pasa. Sin embargo, el entrenador no desconecta. Estás todo el día pensando cómo presionar, cómo hacer la salida, pensando qué viene mejor este día al equipo… Es una locura, pero una locura bonita.
- ¿Con qué faceta se queda?
- Ahora mismo me quedo con la de entrenador. Y desde hace tiempo, cuando jugaba, ya me tiraba mucho el tema de entrenar.
- ¿Qué valores intenta transmitir a sus jugadores?
- Pues es muy fácil transmitirles los valores de un equipo donde he jugado, he sentido su camiseta, sabiendo lo que Vallecas, el barrio… Cuando llegamos le decía a mi cuerpo técnico lo fáciles que iban a ser las charlas para mí porque es algo que te sale de dentro. Y cuando lo sientes es muchísimo más fácil.
- ¿Y cuáles son los valores del Rayo?
- Trabajo, sacrificio, humildad, coraje y nobleza. Todo eso va con nosotros.
- ¿Qué espera de sus jugadores?
- Espero muchísimo. Hay jugadores con un nivel altísimo. Aunque está claro que habrá que trabajar, y para eso nos han fichado, para hacerles mejores futbolistas. Lo que queremos es que de esta base de 20–25 futbolistas el año que viene estén en el Juvenil A los máximos posibles. Y si es en el primer equipo mejor, porque yo ya les he dicho que el objetivo no es jugar en el Juvenil A o en el Rayo B, esa sería una meta muy pequeña, sino que su objetivo tiene que ser profesional, es decir, llegar al primer equipo.
- ¿Cuál es el objetivo del equipo?
- El ascenso. No hay otra palabra. No tengo presión, ni mucho menos, pero está clarísimo. Ellos lo saben y yo también. Este Rayo no puede estar en Juvenil Autonómica porque nunca ha pasado y no se puede esperar un año más.
- ¿Qué características quiere que tenga este conjunto de jugadores?
- Nos gustaría que juegue bien el balón, pero sobre todo lo que no negocio es la intensidad y el trabajo. Cuando los jugadores salgan al campo tienen que saber que tienen un ADN que conlleva una intensidad y un trabajo muy alto. Intensidad y agresividad. Eso no puede faltar. Porque somos muy buenos con el balón pero vamos a ser mejores sin él también. Vamos a intentar hacerles mejor sin balón.
- ¿Qué opina que la profesionalización de las canteras les puede meter demasiada presión a los niños?
- Presión ninguna, para mí no existe esa palabra. Yo siempre he dicho que la presión es para la persona que se levanta todas las mañanas para ir a trabajar. Pero ellos están haciendo lo que les gusta, y están en una cantera como la del Rayo que tira de jugadores. De hecho, hay muchos canteranos que hemos llegado a Primera con el equipo.
- La ciudad deportiva está recibiendo muchas críticas. ¿Cómo la ve usted?
- Después de estar en otros clubes, para mi cuerpo técnico y para mí esta ciudad deportiva es la hostia. Además, cuando llegué me dijeron que iban a poner un campo nuevo y lo han hecho. Pero hay que ir poco a poco. Somos un club humilde y no podemos hacerlo todo de golpe. Nuestro objetivo también es que el primer equipo suba a Primera.
- Comentaba que el objetivo del club es el ascenso a primera del Rayo. Y para el rendimiento del equipo el apoyo de la afición ha sido clave siempre. ¿Cómo ve qué muchos aficionados, como Bukaneros haya decido no entrar?
- No quiero entrar en esas cosas, la verdad. Yo lo que siempre he dicho es que los aficionados han estado en descensos y ascensos y la animación siempre ha sido la misma. Y al final los bukaneros son muy rayistas y lo van a pasar muy mal si no ven el partido desde dentro. Yo creo que al final estarán ahí, porque todos somos uno. Lo que está claro es que sin afición nunca va a haber Rayo.