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VALENCIA

El nombre de Otamendi se cruza otra vez en una crisis del Valencia

Tanto su salida en 2015 como el reciente interés por el argentino este verano, protagonista en dos de las grandes crisis que ha atravesado el Valencia de Lim.

Nicolás Otamendi.
Matt McNulty - Manchester CityMan City via Getty Images

Nicolás Otamendi fue uno de los más capacitados centrales que han pasado por Mestalla en la última década. El internacional tan solo disputó una temporada en la capital del Turia, pero tuvo tiempo más que de sobra para demostrar todas sus habilidades dentro y fuera del campo. No obstante, tanto su salida como el interés que ha surgido este verano han venido acompañadas de una crisis en la entidad ché, que vio en 2015 como perdía a su mayor activo a una semana de la previa de la Champions contra el Mónaco y ve como en 2019 está cerca de perder al actual, que no es otro que Mateu Alemany.

La marcha de Otamendi hace cuatro años supuso en gran parte una crisis de juego, pero sobre todo, institucional. La afición perdió cierto grado de ilusión en el proyecto cuando vio como su mejor jugador abandonaba Mestalla, pese a que se creía que a las órdenes de Meriton los futbolistas se podrían quedar en Valencia más tiempo. Aunque hubo otros factores que confluyeron, la situación con el central fue una de las razones importantes para que se diera esta mala situación. Influyó en gran medida la elección de sus sustitutos: Aderllan Santos y Aymen Abdennour, dos de los principales errores de fichajes de la era Lim, en los que se invierton 30 de los 45 millones recaudados por el argentino.

Realidad muy similar es la que vive este verano el club. Las visiones opuestas entre Lim y Alemany-Marcelino por el fichaje de Otamendi no es el único factor de la crisis, pero sí que tiene gran importancia en ella. El propietario pensó en incorporar al argentino previo traspaso de Mouctar Diakhaby, pero la opinión del director general es que Diakhaby está en fase de progresión y en un futuro tendrá más valor, mientras que Otamendi podría romper la armonía que reina en la zaga blanquinegra.