Leo Messi, año XVI
El argentino vuelve con algunas incógnitas: su recibimiento a Griezmann, su discurso para el Gamper y su estado de ánimo para el curso. Se juega el Balón de Oro.
Leo Messi, 32 años, empieza esta semana su pretemporada número 16 con el Barça. Aquel chico imberbe que en la temporada 2004-05 miraba con admiración a Deco y Ronaldinho con sólo 17 años es ahora el jugador más importante de la historia del club y su capitán. Hay mucha expectación por la temporada del jugador de Rosario, que lógicamente empieza a ver más cerca el final de su carrera. Pero también por su pretemporada, con algunas incógnitas por resolver. La más urgente, por los ríos de tinta que han corrido, es su recibimiento a Griezmann. De cara al exterior no habrá problemas. Messi es el capitán del Barça y es fácil pensar que a partir de este martes o de cuando se incorpore al grupo, haya fotos de buena sintonía con el francés. No tendría por qué ser extraño, aunque otra cosa es cómo gestione el argentino a nivel interno la llegada del Principito por su espantada de hace un año y, especialmente, porque su hueco puede ser el que impida volver a Neymar, íntimo y miembro de la camarilla de Messi.
Pero hay más. Messi, jugador que vive en su planeta y en ocasiones es tan poco expresivo en el campo, recibió tres golpes durísimos a final de la temporada pasada, especialmente el de Liverpool por inesperado. Pero también el de la final de Copa ante el Valencia y la eliminación de la Copa América que hizo aflorar su cara más reivindicativa con su tremenda ataque a la CONMEBOL que todavía está pendiente de sanción. Un buen termómetro para saber cómo está Messi será su discurso en el Gamper. El de la temporada pasada subió la temperatura del barcelonismo cuando prometió hacer "lo posible" por devolver la copa "linda y deseada" al Camp Nou. Pero la Champions se resistió por una noche maldita en Anfield. Messi, no obstante, sabe que el estado de ánimo del barcelonismo depende, básicamente, del suyo. Después de donde dejó el listón la temporada pasada, es difícil pensar que decepcione con palabras huecas. Veremos.
Pese a sus 32 años, casi lo que menos se pone en duda de Messi es su rendimiento. La temporada pasada jugó 51 partidos en los que marcó 51 goles, repartió 5 asistencias y ganó 35 partidos, empató 11 y perdió 5, dos de ellos lamentablemente para él muy decisivos. El argentino igualó en Pichichis al inolvidable Zarra y ganó su sexta Bota de Oro. Los primeros meses de competición serán claves para el argentino en su pelea por su sexto Balón de Oro, en el que sólo Virgil Van Dijk, central del Liverpool, aparece como el único rival serio junto, tal vez, a Cristiano Ronaldo. Van Dijk dejó clara su visión después de ganar la Champions: "Messi es el mejor jugador del mundo y se merece el Balón de Oro siempre". Puede haber sido la mejor campaña de publicidad para el argentino, que no obstante deberá tener unos primeros meses convincentes. Es posible que en ningún año como en este, los primeros meses sean tan decisivos para la conquista del Balón de Oro. El trofeo a mejor jugador del curso de la UEFA puede ser un buen termómetro.
Finalmente, está por ver también qué papel juega Messi en las próximas dos semanas, en el posible fichaje de Neymar. El argentino compartirá avión con el presidente, Josep Maria Bartomeu, rumbo a Miami, la ciudad donde se rompió el tridente en aquel famoso Superclásico contra el Madrid. Messi quiere que vuelva el brasileño y así se lo ha hecho saber al presidente. El último triplete del Barça llegó con Neymar, Messi tenía la sensación de que cuando él no estaba Neymar podía llevar el peso del equipo, algo que ni Dembélé ni Coutinho son capaces de hacer. Y, sobre todo, Messi le lanzó una frase para convencerlo de que no se fuera al PSG que igual todavía está vigente: "Yo te haré Balón de Oro". El fútbol siempre renueva ilusiones, así que el año 16 de Messi en el Barça también promete emociones fuertes.