SPORTING PORTUGAL 1-2 VALENCIA
Gameiro pide sitio
Un gol del francés da la victoria al Valencia en un duelo entre los campeones de Copa de España y Portugal.
De Kevin Gameiro se habla por Valencia menos de lo que el francés se merece. Suyos fueron algunos de los goles más transcendentes del curso pasado, entre otros el que abrió el marcador en la final de Copa, y sin embargo los ojos y piropos se suelen ir y repartir más hacia otros. Llámese Maxi Gómez, porque lo nuevo siempre atrae; llámese Rodrigo Moreno, por aquello de que hoy está y mañana ya se verá. Pero Gameiro cuando juega cumple, cuando está se nota. En Lisboa le dio al Valencia el partido y el trofeo, un duelo entre los campeones de copa de España y Portugal.
Marcelino sigue sacando sus conclusiones y seguramente también reafirmándose en sus decisiones. Raphinha se encargó en darle argumentos al técnico asturiano para pedir el fichaje de un lateral izquierdo. A Singapur se marchan de nuevo Anil Murthy y Mateo Alemany y la lista de la compra de Marcelino es más amplia de la que ellos quisieran presentarle a Peter Lim. Pero ayer en Lisboa Salva Ruiz sufrió las acometidas del brasileño y también ese desapego que tiene Guedes por las ayudas defensivas. Pero Guedes tiene sus propias virtudes y Gayà puede resfriarse.
Precisamente en una de las varias veces que Raphinha le ganó la espalda a Salva Ruiz, nació el gol de Bas Dost. Su golpeo fue excelso, con toda la mala lecha que tenía dentro y bien colocado el balón lejos del alcance de Jaume, aunque también Moutar Diakhaby podría haber salido con más ímpetu y premura al corte.
El Valencia, como ante el Mónaco, volvía a verse por detrás en el marcador. Esta vez en casa ajena y ante más de 40.000 lisboetas con ganas de ver a los suyos, entre ellos a viejos conocidos de Mestalla como Mathieu y Vietto. De nuevo, como ante los monegascos, el equipo de Marcelino se recompuso. Lo hizo siendo fiel a su identidad, con ese estilo que el asturiano ha inculcado a los suyos y por mediación de uno de sus pilares: Kondogbia. El francés se hizo el amo de su parcela y arrasó como tanque a una valla de madera cuando entró a rematar de cabeza un córner sacado por Parejo.
El gol de Kondogbia, el tercero de la pretemporada de cabeza, evidenció que el Valencia es un equipo de altura. La tiene con Kondogbia y también con Diakhaby, Garay o, entre otros, Maxi Gómez. El uruguayo pasó más desapercibido que ante el Sion, de hecho más participativo que el charrúa se mostró Manu Vallejo, que sabe que balón por el que no muerda es uno menos que tiene para ganarse plaza en equipo Champions. Sin embargo fue Maxi Gómez el que tuvo la ocasión para seguir sumando goles a su casillero. Pero su remate de cabeza se encontró con el cuerpo de Renan, que acabó evitando una derrota mayor de los suyos.
El guardameta privó a Rodrigo Moreno de firmar otro gol con la camiseta del Valencia. Renan le adivinó sus intenciones en el lanzamiento de un penalti que el internacional español se cocinó con una cinta en el área de nivel superior, con la que desquició a Mathieu y desarboló a Coates, que acabó empujándole. Esa acción, por cierto, empezó con un pase entre líneas de Gameiro, autor del definitivo 1-2, un delantero que llama la atención menos que otros, pero que siempre aparece. De ahí hasta el final, a destacar una parada a mano cambiada de Jasper Cillessen a disparo de Bruno Fernandes, cuyo talento es un oasis en este Sporting de Portugal.