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FORTUNA DUSSELDORF 1- RAYO VALLECANO 0

El Rayo flaquea en defensa y dice adiós a Austria sin triunfos

El equipo de Jémez fue mejor que el Dusseldorf, pero falló atrás en el gol. Embarba fue titular y Álex Moreno regresó a pesar de sus rumores de traspaso. Tres derrotas en el 'stage'.

El Rayo se despide de su stage por Austria con tres derrotas en tres partidos.
Rayo Vallecano

"El ascenso se logra en mayo y no en agosto". Cortita y al pie la tiró Mario Suárez en una entrevista para AS antes del comienzo del 'stage' por Austria. No le faltaba razón, aunque siempre mejor viajar y volver con triunfos en el zurrón. No ha sido así para el Rayo, que regresa a casa con tres derrotas en tres partidos y sigue sin ganar desde que lo hiciera ante el Real Madrid en la jornada 35 de la pasada Liga. No fue por merecimiento, ya que dominó al Dusseldorf en una primera mitad brillante y fue derrotado con el guion habitual: error defensivo y gol a balón parado.

Eso sí, en su decepcionante gira, juega a su favor el nivel de sus rivales, tradicionales en la Bundesliga. El Fortuna Dusseldorf, mismamente, cerró la pasada temporada en el ecuador de la tabla. Sin embargo, el Rayo no se achicó y arrancó fuerte, con posesiones largas en campo rival y con Andrés Martín con ganas de reivindicarse tras su expulsión ante el Monchengladbach. El primer aviso, sin embargo, no llegó por sus botas, sino por las de Montiel, que cerca estuvo de marcar con un latigazo de falta al que respondió sobresaliente Steffen.

Antes del silbido inicial, el partido ya había dejado titulares característicos. Uno de ellos, cada vez lo debería ser menos: el encuentro fue dirigido por una mujer. Los otros dos, desde luego llamativos, afianzan el mensaje de Jémez: quien sea jugador del Rayo va a defender la franja hasta su último día. El técnico puso de inicio a Embarba y a Álex Moreno, ambos en la rampa de salida. De hecho, de este último se ha dicho en los últimos días que padecía depresión tras verse truncado (de momento) su traspaso al Betis.

En la alineación también estuvo Dimitrievski, que cuenta con ofertas, pero no le impide ser la mejor seguridad privada, tan reclamada en tiempos veraniegos. El Rayo, no obstante, no le necesitó en la primera mitad, a pesar de que el Fortuna Dusseldorf iba escalando la montaña que se podía disfrutar visualmente desde las gradas del estadio. El calor apretaba y en la pausa de hidratación incluso se pusieron en marcha los aspersores. Es más, el club alemán tuvo que dejar de narrar el partido en las redes porque el móvil "estaba demasiado caliente". No era la mejor hora para jugar al fútbol y ambos equipos lo sabían.

Antes de poner rumbo a los vestuarios, el Rayo dio un nuevo aviso. Fue Álex Moreno el creador, con una exposición de su potencia por la izquierda. Rompió a su defensor, puso un balón envenenado y Giesselmann lo desvió contra su propio palo. Él no quería, pero a los suyos no les pasó factura. Fue una muestra más de que necesitaban un respiro, no solo por el sol, asfixiante en su presión, sino por un Rayo pletórico, empeñado en convencer a su afición de renovar el abono aunque el asunto fuera por otros derroteros.

En la segunda mitad, las carencias defensivas del Rayo hicieron, de nuevo, acto de presencia. En una falta lejana, sin peligro aparente, llegó el primer gol de los simbólicos locales. El balón, aparente enemigo de la zaga de Jémez, se paseó por el área sin que nadie hiciera atisbo de despejarlo. Ni siquiera Morro, suplente de Dimitrievski, que estuvo errático en la salida (más tarde lo arreglaría con dos paradas de mérito). Así, claro, Hennings no tuvo dificultades para cabecear al fondo de la red. La historia se repetía: jugando como nunca, perdiendo como siempre.

Es más, al Rayo le pasó factura el tanto y Barkok pudo sentenciar con un latigazo al larguero dos minutos después. Jémez, que apenas había agitado su banquillo, dio entrada a ocho hombres de una tacada. Su objetivo, coger el avión, llenar una maleta con la ilusión que supone un triunfo y tener que facturar un mensaje de que juntos, Primera División será una realidad. Le fallaron variables en su fórmula: futbolísticamente su equipo no pudo (a pesar de la insistencia de Bebé) y, a nivel social, los seguidores miraban más al futuro de sus gradas en agosto que a lo que pasaba sobre el césped...