El futuro más incierto para el Newcastle United
La derrota frente al Wolverhampton (0-2) en pretemporada y la complicada situación institucional hace que las dudas crezcan en Newcastle.
Muchas preguntas hacia la directiva. La postura oficial parece clara: no desean invertir en fichajes. Una planificación que muchos no entienden en el lugar, pero que llegan a entender. El problema, o la duda consecuente se orienta hacia la siguiente pregunta: si no quieren invertir, ¿por qué no tantean la llegada de jugadores en calidad de cedidos? Dudas que guardan cierta opacidad, poca transparencia, y el malestar sigue aumentando.
La desilusión es real, incluso oficial. Los datos en términos de renovaciones de abonos es una clara muestra de ello, ya que han sido en torno a 12.000 aficionados que ya han decidido no renovar su pase de temporada como muestra de enfado hacia una directiva que gana enemigos a pasos agigantados año tras año. Este importante descenso de renovación de abonos, una importante muestra de ello.
Tras muchos años de críticas, protestas, manifestaciones y todo tipo de rumores sobre la estabilidad del club, parece que ha llegado el momento real del cambio. El proyecto de St. James' Park para la próxima temporada corre peligro deportivo por una serie de cambios deportivos que llaman poco al optimismo a falta de poco más de tres semanas para que dé inicio un nuevo curso deportivo en la Premier League. Y lo peor de todo: se acerca el cierre de mercado para reforzar la plantilla.
La tensión entre el propietario y Rafa Benítez fue creciendo con el paso de los años. Siendo uno de los técnicos más queridos y admirados por la afición, dirigiendo entre otros proyectos el del último ascenso, la relación entre directiva y el técnico español encontró en los últimos tiempos más problemas que virtudes, más decepciones que alegrías y su salida parecía cercana en materia de expectativas cada vez que se acercaba un mercado de fichajes. Pese a sus buenos resultados, el club no le brindaba los fichajes deseados, no invertía dinero para satisfacer las necesidades del staff técnico, generando un malestar en Benítez que ha tenido su punto final este verano: no será el entrenador la próxima temporada. Una oficialidad que, además, no ha estado exenta de polémica, ya que el propio Benítez ha confesado que se enteró de su adiós a través de un amigo que había leído el comunicado oficial del club y días antes de lo previsto. La primera pieza clave del proyecto estaba fuera de forma oficial.
El técnico español era uno de los pilares fundamentales a nivel deportivo, pero también dentro del vestuario. Una decisión, la de su adiós, que ya ha tenido consecuencias casi de forma automática. Jugadores habituales en el once del equipo como Ayoze Pérez (nuevo fichaje del Leicester) o Joselu (nuevo fichaje del Alavés) ya han dejado el equipo apenas semanas después. Futbolistas que llegaron al Noreste de Inglaterra siendo peticiones expresas de Benítez y que ahora, sin él, parece que no encontraban sentido alguno a su continuidad y ya tienen firmadas sus respectivas etapas en el Newcastle escritas en pasado.
Por el momento jugadores como Ritchie, Lascelles, Yedlin, Shelvey o Almirón siguen en el equipo, pero la sensación de crispación, incluso de preocupación, que engloba el proyecto no llama precisamente a la calma. El futuro del equipo no parece tener el mejor de los planes y los problemas no paran de sucederse.