Verano sin sesiones dobles para Kitoko y Jordi Figueras
Plan especial para evitar nuevas lesiones musculares. Iván Ania les dio plaza en el once cada vez que estuvieron disponibles.
Ritchie Kitoko sólo pudo jugar 14 de los 42 partidos de Liga y playoff que jugó el Racing la pasada temporada, Jordi Figueras lo hizo en 21, y eso que ambos eran importantísimos en los planes de Iván Ania, como demostró el hecho de que en cuanto estuvieron disponibles físicamente tuvieron hueco en el once. Las lesiones, así de claro, les machacaron y para intentar evitar que esta temporada se pueda repetir una situación similar, el míster, el preparador físico y los médicos, han diseñado un verano a medida para ambos futbolistas: trabajarán con normalidad junto a sus compañeros, salvo en las jornadas en las que se lleven a cabo dos sesiones. Tal y como se vio el jueves, Kitoko y Figueras no repetirán esfuerzo y harán trabajo específico de prevención junto al recuperador en la sesión vespertina.
Tres cada uno. A pesar de que esa no había sido la norma durante su carrera (Kitoko venía, por ejemplo, de jugar 35 partidos en el UCAM), ambos sufrieron tres roturas fibrilares, y con recaídas en alguno de los procesos de rehabilitación incluidas. En el caso del africano hay que añadir el problema óseo en un tobillo fruto de una patada en la pretemporada y que le llevó incluso a pasar por el quirófano. A pesar de que quedó perfectamente, la política con ellos es la de mejor prevenir que curar.
El trabajo táctico comienza por el 4-4-2
A pesar de que en la inmensa mayoría de los partidos de la pasada temporada Iván Ania apostó por disponer a su equipo con el 4-2-3-1 como sistema de partida (como hizo en el Villanovense y en el Caudal), el verano pasado lo comenzó, tanto en los entrenamientos como en los amistosos, trabajando sobre la base de un 4-4-2. Esta pretemporada ha empezado igual y en todos los ejercicios con contenido táctico el técnico ovetense ha dispuesto los equipos con dos puntas, generalmente con Barral y César Díaz juntos en un once y Siverio y Tresaco en el otro. A Ania le gusta trabajar con 22 futbolistas (más un tercer portero, si acaso) y la mecánica habitual de trabajo es que cuando falte por alguna razón uno de los fijos suba un especialista en la misma posición del equipo filial para no tener que cambiar el dibujo elegido.