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LAS PALMAS

"Las Palmas siempre fue un semillero de futbolistas"

As fue testigo del reencuentro de Juan Carlos Socorro, mito de la UD de los años 90, con el remozado Barranco Seco. "Es impresionante lo que hay. Esto era un barranco", rememora.

Actualizado a
Juan Carlos Socorro.
Carlos Diaz-RecioDIARIO AS

¿Qué le ha pasado por la cabeza al pisar por primera vez esta nueva Ciudad Deportiva?

Primero, los vestuarios que teníamos, el césped… Y cómo llegábamos. A veces teníamos que aparcar abajo y subir caminando esa cuesta de tierra. Se te vienen muchas anécdotas a la cabeza. Y ahora veo esta Ciudad Deportiva, que no deja de ser preciosa y cómoda tanto para el jugador como para los aficionados. Es verdad que el fútbol ha cambiado, se ha modernizado. Estamos hablando de 15-18 años atrás, y todo tiene que cambiar para mejor.

Se antojaba insostenible que Las Palmas continuara sin unas instalaciones así, siendo el único de la LFP.

Siempre se hablaba de que cuando subiéramos a Primera se iba a invertir. Me acuerdo de estar en Primera, y no se invertía en infrasestructuras. Desde que llegó Miguel (Ángel Ramírez) se le metió en la cabeza hacer una Ciudad Deportiva, y después de tantos años y mucha inversión… Hacía falta dinero, esto era literalmente un barranco. Ahora es un lugar donde el equipo puede acelerar los pasos para llegar antes a Primera División.

¿Por qué tanto retraso? ¿No se entendió que era necesario tener este imponente espacio de trabajo?

La necesidad siempre había existido pero no lo queríamos ver, o el que tenía el poder no lo quería ver. Una Ciudad Deportiva siempre es necesaria en un club como Las Palmas, con la historia que tiene. Con perdón de los campos de Las Burras, Maspalomas o Telde, no podía estar entrenando ahí. Y eso que estaban acondicionados para albergar a un equipo de Primera División. Ahora, teniendo esto, todo es más cómodo. El club es más grande y está acorde a la historia de la UD.

¿Cómo eran estas instalaciones cuándo usted las usaba?

Los vestuarios estaban abajo, en el campo de Aparicio, que era de tierra y en vez de horizontal, vertical. Estaban pegados a la montaña. Sin agua caliente. Parecía tercermundista. Así sacamos futbolistas, jugamos en Primera y estuvimos muchos años en Segunda. Y quedamos semifinalistas de la Copa del Rey. Lo que importa es el césped, pero este cambio es impresionante.

¿Esta Ciudad Deportiva puede multiplicar las opciones de los futbolistas de la cantera de subir al primer equipo? En 70 años, Las Palmas nunca de dejó de 'sacar' jugadores.

Eso no lo sabemos. La Unión Deportiva es un semillero de futbolistas, da igual dónde jueguen. Pero esto acelera el proceso de llegar a ser profesional, y a lo mejor de que este equipo esté en Primera. No te garantiza nada tenerla, pero sí alimenta esa aceleración individual y colectiva. Tener a los primeros filiales cerca del primer equipo te motiva para decir: “Algún día estaré ahí”. Todo es motivación. Lo que pasa es que la UD fue y seguirá siendo un semillero de futbolistas.

Usted entrena al equipo de Tercera División del Panadería Pulido San Mateo. ¿Cree que cualquier entidad de la isla, como se dice, debe ser parte del vivero de la UD?

Ahora mismo, no. Cada club tiene sus intereses. El Tamaraceite quiere crecer a pasos agigantados y el Villa, lo mismo. La cadena del Huracán se ha asociado con la del Atlético de Madrid. Cada club busca su beneficio, pero cada futbolista del Huracán, Viera, San Mateo… quiere jugar en la UD. Después, como club, hay demasiados como para Las Palmas esté pendiente de cada uno.

Se necesita paciencia para este curso de transición del primer equipo de Las Palmas, en el usted jugó tantos años.

Sí. Pero una cosa es la paciencia y otra, la camisa y el escudo que te pongas. Este escudo te dice que hay que pelear por lo máximo. Que mantienes la categoría, perfecto. Paciencia. Que estuve a punto de jugar playoff, perfecto. Que ascendí, mucho mejor. Es la UD, y siempre tiene que aspirar a lo máximo pero con los pies en el suelo. Temporadas de transición creo que no existen en el fútbol profesional.