La cuesta de julio
El 'Profe' incrementa la dureza de la de San Rafael: 30% de desnivel y 50 metros (parte desde el mismo campo de fútbol y no su linde).
El mismo de siempre, pero con pieles nuevas. Así ha recibido Los Ángeles de San Rafael dos veranos después al Atlético, igual pero distinto. La pretemporada pasada fue la primera en 41 años que el club rojiblanco decidió pasar lejos de esta urbanización construida a finales de los años 60 que, cariñosamente, el Profe Ortega siempre llamó laboratorio. Y lo penó. Quizá fue una de las razones de esa cuenta interminable, la de las lesiones musculares de la plantilla, rondando las 50, que lastraron como nunca. Quizá por eso el Atleti regresa a lo viejo conocido... Eso sí, el preparador físico 'estrenará' probetas.
Porque el viejo San Rafael tendrá mucho de nuevo. Por ejemplo 'La Cuesta', que le pone mayúsculas a aquella que los futbolistas se encontraron hace dos pretemporadas, la última allí, en el segundo campo de fútbol. Era una parte de los circuitos físicos del Profe. La rampa, la temida rampa. Cuatro pueden contarlo, Savic, Koke, Saúl y Correa: los únicos que han empezado que quedan de entonces (y Oblak). O no. Porque otra rampa ha crecido sobre aquella. Más larga, 50 metros (parte desde el mismo campo de fútbol y no su linde, como la anterior) y en altura. Con más desnivel (un 30%) y dificultad, siguiendo un principio que Simeone y el Profe repetirán como mantra: las agujetas de julio son fortaleza de marzo. La alzó las semanas pasadas una empresa jerezana.
En las últimas horas, los dos hoteles de la urbanización, el Sports Hotel Náyade, tres estrellas, y el Segovia Sierra de Guadarrama, cuatro, eran 'bestsellers' en Booking. Ocho reservas el primero en seis horas, dos en diez el segundo, donde dormirá el Atleti, lo que no hacía desde 2016. No se permite Prensa y la afición estará pero como si no. El equipo tiene un ala y estancias sólo para ellos. Simeone se enfrenta a su proyecto más difícil: seguir siendo el
Atleti que él ha construido sin Godín, Juanfran, Gabi. Por eso se abraza a San Rafael, eso que nunca falló como sí hizo Brunico y la preparación del año anterior. A apenas unos metros estará la otra gran novedad.
Porque parecerá la misma pero no lo es. La carpa levantada a unos metros de su hotel, esa que habitualmente se reserva para bodas pero cuando el Atleti llega se transforma dos semanas en gimnasio. Un temporal este invierno se la llevó por delante. El solar permanecía vacío, sólo trastos tirados.
Las obras, de hecho, comenzaron la semana pasada. La ubicación del gimnasio ha sido uno de los grandes quebraderos del cuerpo técnico rojiblanco. Volver a ubicarla fuera significa perder 'intimidad': sólo se puede acceder cruzando la calle, algo que los jugadores hacen al menos una vez al día. La afición lo sabe y a sus puertas espera. Hasta 300 personas hubo una vez en 2016. Estos meses, desde que en marzo el Atlético decidió volver a San Rafael, se estudió levantar el gimnasio del Profe dentro del hotel pero no hay espacio. Sólo en dos habitaciones se podría, pero están separadas y sus techos son demasiado bajos, con sudor, calor. Estará donde siempre. Aunque sea otra. Como tantas otras cosas en este 'nuevo' viejo San Rafael.