Morata y la irregularidad en su etapa en Stamford Bridge
Álvaro Morata, cedido hasta 2020 al Atlético, llegó en 2017 al Chelsea deseoso de ganar peso con Conte y se ha acabado marchando por la puerta de atrás.
Álvaro Morata se ha desligado del Chelsea. Es oficial tras producirse el anuncio por el cual el delantero jugará un año más en calidad de cedido y el 1 de julio de 2020 el Atlético pagará los 55 millones de euros que los blues solicitaban por el traspaso del español. Cambia la capital inglesa por la española y ni mucho menos le echarán de menos los aficionados ingleses. Sobre todo por la irregularidad del madrileño sobre el tapete.
Conte llamó a Morata para convertirse en el ariete principal de su Chelsea, contaba con buenísimas referencias de la etapa del español en Italia, pero los números no mienten: 24 goles en los 4292 minutos que disputó en Inglaterra, es decir, un tanto por cada 178 minutos. Además, por momentos dejó dudas por su apatía y flojo compromiso en el césped.
Y eso que empezó muy buen su travesía londinense, anotó seis goles en las seis primeras jornadas de la temporada 2017/2018 y se ganó los elogios de la zona sur de Londres. Luego fueron pasando las jornadas y Morata, a pesar de que seguía sumando tiempo de juego, comenzó a desesperar por su falta de tino y visible desconcierto respecto a compañeros y entrenador. El propio Conte le dio un par de avisos para ver si reaccionaba, pero ni así.
Peor le fue todavía con Mauricio Sarri, otro técnico italiano que elogió el juego de Morata con la Juventus pero que, llegado el momento, apenas confió en el español. De hecho, de los 23 partidos que el año pasado vivió de azul Morata, hubo seis en los que ni siquiera fue convocado. El propio Sarri se quejaba en rueda de prensa por la actitud del madrileño.
Se le percibía tenso, incapaz de acertar en espacios cortos, de combinar con los compañeros y de romper su sequía de cara a gol. La falta de confianza por parte de toda la esfera blue no ayudó, pero llegó un punto en el que Morata dejó de pelear. En enero de este año sus aspiraciones fueron colmadas con su cesión al Atlético, allí la historia ha cambiado, se le ve más suelto y mejor frente a la portería. Ahora que ya es rojiblanco, la confianza de Simeone servirá para dejar atrás su irregularidad en el Bridge.