El Tenerife abre un expediente al Frente Blanquiazul
Fue por irrumpir un entrenamiento el pasado mes de mayo. El colectivo se defiende y acusa al club de una “persecución” por ser críticos.
El Tenerife ha abierto un expediente sancionador al Frente Blanquiazul por haber irrumpido el pasado mes de mayo un entreno. En las vísperas del partido ante el Oviedo, unos 30 aficionados entraron con la sesión en marcha para hablar con los capitanes y manifestarles su apoyo. A partir de entonces, el club determinó que los entrenamientos fueran a puerta cerrada, situación que sólo duró unos días.
El Reglamento Regulador del acceso, comportamiento, permanencia y uso de las instalaciones del Tenerife recoge que la “irrupción no autorizada en los terrenos de juego o zonas de acceso prohibidas a los espectadores” podría ser objeto de sanción. De esta manera, si la sanción se considera grave se prohibirá el acceso a las instalaciones durante un período de seis meses a dos años, pero que si se considera muy grave la sanción podrá ser de dos a cinco años, además de perder la condición de abonado. Y en el caso de las Peñas o Grupos dejar de ser reconocidas como tales, por los mismos períodos de tiempo en función de la gravedad sancionada.
En un comunicado en su Facebook, el Frente Blanquiazul publicó su malestar y expuso su versión: “Una vez termina esta temporada 2018-19, una campaña para olvidar, nos llega el lunes inmediatamente después, una carta de club. El motivo es expedientarnos por la asistencia de un pequeño grupo de seguidores a un entrenamiento, donde dimos nuestro apoyo a los jugadores, tal como ha dicho públicamente el capitán Suso Santana y el, en aquel momento segundo entrenador y referente del tinerfeñismo, Cristo Marrero. Ambos presentes e interlocutores del encuentro.
Para ello, el club, vulnerando la Ley de Protección de datos, tal y como ellos reconocen, pues obtuvieron los datos de pasajes de viajes, persigue a algunos de nuestros miembros y a nuestro colectivo por una supuesta infracción “Muy Grave” que conlleva estar dos años ILEGALIZADOS DE FACTO, esto es: nada de pancartas, megafonía, material de animación y prohibición de facilitar entradas, abonos-peña y viajes.
A nadie se le escapa que para nada se trata de sancionarnos por un incidente que no existió, pues el entrenamiento se desarrolló con normalidad y ganamos el siguiente partido, sino que se trata de una PERSECUCIÓN hacia nuestro colectivo por haber sido CRÍTICOS DURANTE TODA LA CAMPAÑA con la GESTIÓN DEPORTIVA DE LA DIRECTIVA PRESIDIDA POR MIGUEL CONCEPCIÓN”.
El colectivo tiene previsto continuar con las acciones legales "y de otra índole hasta el final, para poner fin a esta injusticia”.