Trituradora de vicepresidentes
La dimisión por sorpresa de Mestre supone la cuarta renuncia de un vicepresidente del Barça tras las de Vilarrubí, Monje y Arroyo. Cardoner se queda como único apoyo de Bartomeu.
Desde los tiempos de Joan Gaspart presidiendo el Barcelona de la junta que por su superpoblación fue conocida popularmente como la directiva de los "101 dálmatas" en la que cada semana dimitía un vicepresidente no se vivía una situación igual en la cúpula directiva del Camp Nou. La dimisión por sorpresa del vicepresidente deportivo Jordi Mestre supone la cuarta renuncia de un colaborador directo de Bartomeu en dos años.
El dos de octubre de 2017 renunció Carles Vilarrubí, vicepresidente de relaciones institucionales en desacuerdo con la decisión del club de jugar el partido ante la UD Las Palmas el 1-O a pesar de los incidentes del referéndum por la independencia. Le acompañó en la renuncia el directivo Jordi Monés.
Poco después fue la vicepresidenta económica Suana Monje la que presentó su dimisión aduciendo problemas personales meses antes de que Manel Arroyo, vicepresidente de márketing y media siguiera su ejemplo para dedicarse a sus tareas al frente del Mundial de Motociclismo en la empresa DORNA.
Tras estas renuncias, Bartomeu se rodeó de un círculo de máxima confianza que formaban hasta el miércoles Jordi Cardoner como vicepresidente del área social y Jordi Mestre como responsable del área deportiva. Hasta que Mestre, 48 horas antes de presentar a Frenkie De Jong y a las puertas de un mercado estival que promete ser apasionante con las contrataciones de Griezmann y Neymar en el horizonte dijo que siguieran sin él. Que se bajaba del barco.
Las hipótesis sobre los motivos de esta decisión son variados y probablemente todos sean ciertos pero ninguno definitivo.
Mestre fue nombrado 24 horas antes de su dimisión presidente del Gremio de Hoteleros de Barcelona, un cargo que sirve de pantalla para aducir unos "motivos personales" que sin embargo no se constatan en la nota oficial del club. También Mestre había perdido influencia en las decisiones deportivas en lo que afecta a la estructura de la entidad y que se concretarán en breve con una revolución total de los técnicos de la cantera y un orillamiento de los planteamientos del mánager general, Pep Segura, que era el ojito derecho de Mestre y que parece haber caído en desgracia. Antes de verse obligado a cesar a Segura, Mestre puede haber optado por irse él.
Y luego está, claro, el tema Neymar. A Mestre le perseguirá siempre la frase maldita que pronunció precisamente el día de a presentación de Segura como mánager general del club: "Neymar se queda seguro al 200 por cien". El brasileño le desmintió cruelmente al cabo de pocos días y uno no se imagina a Segura presentando a Neymar como vicepresidente deportivo dos años después.
Pero todos estos factores podrían explicar la salida de Mestre, por inoportuna que sea teniendo en cuenta la época del año en la que estamos, pero no sirven para explicar las otras tres dimisiones. Perder a cuatro vicepresidentes en un año y quedarse solo con el apoyo de Cardoner denota que Bartomeu es una verdadera trituradora de vicepresudentes. O que algo va muy mal en los despachos de Can Barça.