Los deberes año a año de Irureta vuelven con Anquela
Anquela sorprendió al anunciar que no tiene asegurada la renovación si el Deportivo asciende. El jienense, como Jabo en su día, irá temporada a temporada.
Una de las mayores sorpresas en la presentación del pasado martes de Anquela como entrenador del Deportivo fue cuando desveló su contrato. El técnico andaluz, en contra de lo que suele ser habitual, firmó una temporada limpia sin una segunda opcional en caso de ascenso.Lo explicó así: “Lo tenemos muy claro. Esto hay que ganárselo año a año. Casi nunca firmo otra cosa. Me gustan los retos y hay que ganárselo. Lo que tengo que hacer es trabajar como lo hemos hecho siempre. A ver si tenemos la fortuna necesaria y estamos al nivel que requiere este equipo”.
La decisión de Anquela contrasta frontalmente con la de sus predecesores. José Luis Martí, que llegó a nueve partidos del final, firmó por lo que restaba de temporada y otra más en caso de ascenso. Natxo, por su parte, se comprometió un año que se renovaría automáticamente si el Deportivo regresaba a Primera. Pepe Mel, que llegó para suplir a Garitano, amplió por contrato al lograrse la permanencia. Y exactamente igual sucedió antes con Víctor Sánchez del Amo. Incluso Fernando Vázquez, como sucedió antes con Oltra, tenía firmada la renovación si había ascenso. Lo logró, pero Tino Fernández los destituyó esa pretemporada con contrato en vigor.
Para encontrar precedentes de la inusual ‘fórmula Anquela’ hay que retrotraerse a Lotina, pero recuerda sobre todo a la etapa Irureta. Jabo llegó al Deportivo en 1998 y su primer contrato, muy polémico al venir del Celta, fue por dos temporadas ya que el ‘vecino’ le ofrecía una. A partir de ahí, y a pesar de ganar la Liga en 2000, el irundarra optó por firmar año a año, curso a curso. Fueron sus famosos “deberes”, que hasta cumplirlos no había nuevo contrato. Su marcha por el paseo marítimo de A Coruña hasta el Playa Club, donde le esperaba Lendoiro para renovar, se convirtió en un icono más del Depor porque estuvo siete temporadas. Anquela sólo lleva un día, pero llega con la misma ilusión de Irureta y, como él, vivirá en A Coruña sin su familia. Eso sí, en una casa y no en un hotel.