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Barcelona

Douglas, Murillo y Boateng: tres desastres en busca de un autor

Los tres dejaron el lunes el club. Tres desastres de gestión deportiva dignos de figurar en el museo azulgrana de los horrores de los que nadie se responsabiliza.

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Douglas, Murillo y Boateng: tres desastres en busca de un autor

El 30 de junio acabaron su vinculación con el Barcelona tres jugadores que pueden entrar en el Museu (de los horrores) del Barça como el ejemplo de lo que no debería ser una negociación en un club como el Barcelona. Jeison Murillo, Kevin-Prince Boateng y Douglas Pereira abandonaban el club blaugrana por la puerta de servicio sin que a día de hoy nadie haya reconocido la responsabilidad última en sus contrataciones. Los dos primeros acabaron su lamentable período de cesión que no aportó nada y el tercero concluyó su contrato de cinco temporadas que se ha pasado peregrinando por equipos de media Europa con más pena que gloria.

La participación de los tres con la camiseta barcelonista fue irrisoria. No es ya una cuestión de percepción subjetiva. La frialdad de los números es absolutamente cruel con ellos. Douglas llegó a Barcelona cuando estaba a punto de cerrarse el mercado estival del 2014. En toda la temporada jugó 8 partidos (tres de Liga y cinco de Copa) disputando un total de 378 minutos (42 por partido). Todos los que jugaría como blaugrana en 5 temporadas. El Barça se lo sacó de encima con cesiones a Sporting, Benfica y Sivasspor. Nunca duró más de un curso donde fue.

Murillo llegó como solución de emergencia este mercado de invierno ante las lesiones de Umtiti y Vermaelen. Apenas se le necesitó: dos partidos de Liga y dos más de Copa con dos tarjetas amarillas. Eso sí, como había empezado la Copa con el Valencia se le puede considerar ganador del doblete al ganar Liga con el Barça y Copa con los valencianistas.

Boateng fue incluso un caso más extraño. Llegó para dar descanso a Suárez pero jugó sólo tres partidos de Liga y uno de Copa del Rey. Ni chutó a portería.

Estos tres desastres de gestión deportiva siguen escandalizando al barcelonismo, que busca alguien que responda por estas operaciones. No lo encontrarán. El éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano.