Hoy se cumplen 25 años de la resurrección del Málaga
Este 29 de junio se cumple un cuarto de siglo de la constitución del Málaga Club de Fútbol. Sin aquella primera piedra es imposible concebir el Málaga de hoy, que ha pasado 17 de estos 25 años en Primera División.
Este sábado 29 de junio se cumplen 25 años de la transformación del antiguo Atlético Malagueño en Málaga Club de Fútbol que pasó a ser Sociedad Anónima Deportiva con un capital social de 50 millones de euros. Este movimiento fue impulsado por tres empresarios malagueños que se propusieron devolver a la quinta ciudad de España a la élite. Federico Beltrán, Fernando Puche y Eduardo Padilla. El primero de ellos como primer presidente del nuevo proyecto que partía desde Tercera División.
Para entender esta situación nos remontaremos brevemente al 17 de mayo de 1992. Ese día el Club Deportivo Málaga consumó su descenso a Segunda B tras perder en La Rosaleda con el Compostela (0-1) en un partido cargado de crispación. Antes de su comienzo los futbolistas blanquiazules realizaron una sentada en señal de protesta por el tiempo que llevaban sin cobrar, una dura realidad que les había obligado a protagonizar hasta un encierro en el estadio que fue seguido con tensión y dramatismo por toda España. El Málaga debía 2.500 millones de pesetas (15 millones de euros). Ruina agudizada por el fracaso deportivo.
Desaparición dolorosa
Se puso en marcha el Plan de Saneamiento (o de Refinanciación de la Deuda). El Estado, con dinero procedente de las quinielas, financiaría las desorbitadas deudas de los clubes en un plazo de 12 años. Pero con la condición de convertirse en Sociedades Anónimas Deportiva con la obligación de cubrir un capital social, mayor cuanto más grande era la deuda en el marco de la nueva Ley del Deporte. La sociedad malagueña era consciente del peligro que corría el equipo que necesitaba recaudar 2.500 millones de pesetas antes del 30 de junio. Si no se cumplía este objetivo, sería nuevamente descendido, en este caso, a Tercera División.
Francisco Martín Aguilar, entonces vicepresidente, era consciente de que la desaparición era irremediable. Consiguió que el Atlético Malagueño dejara de ser filial del Málaga. Movimiento de vital importancia. El 1 de julio se certificó la desaparición del Club Deportivo Málaga. El nuevo Atlético Malagueño se quedó en Tercera en lugar de disolverse con su nodriza. Fernando Puche comentaba con dolor. "Hacían falta 2.500 millones de pesetas y solo se han conseguido 34 de los que 33 los puse yo". Nada más que decir.
Del Malagueño al Málaga
Fundado en 1948, el Atlético Malagueño mantuvo discontinuas relaciones de filialidad y dependencia con el Club Deportivo Málaga. En 1958-59 el Málaga descendió a Tercera, categoría donde se encontraba el Malagueño. Para no arrastrar a este equipo en su caída se decidió romper el vínculo de dependencia. Málaga y Atlético Malagueño coincidieron en el curso 1959-60 y se enfrentaron en el Grupo XI de Tercera División. El Málaga terminó campeón y ascendió. El Malagueño fue sexto. Volvería a ser filial.
Transición y reconversión
El Atlético Malagueño de 1992-93 ascendió a Segunda B, pero descendió tras una temporada catastrófica donde llegó a tener hasta seis entrenadores. En esta situación se gestó el nacimiento del Málaga Club de Fútbol al que se puede considerar heredero del Club Deportivo Málaga pero no el mismo equipo.
El Málaga Club de Fútbol inició su aventura en Adra contra el equipo de esta localidad almeriense que, a la sazón, entrenaba Lucas Alcaraz, de 29 años de edad. El técnico del Málaga era Antonio Benítez. El resultado, 1-1. "Estaba claro que partíamos de cero" comentaba entonces el hoy consejero consultivo. Alcaraz por su parte jamás ha olvidado que se bautizó en categoría nacional nada menos que contra el Málaga.
En ese nuevo Málaga daban sus primeros pasos Basti y Bravo, dos leyendas del malaguismo que tienen el honor de haber jugado con un mismo equipo en las cuatro categorías del fútbol español, es decir, Tercera Segunda B, Segunda y Primera. Los otros son Pedro José con el Extremadura y Manuel Lucena con el Granada.. En presidentes, solo Pedro Nieto (Extremadura) y Rafael Campanero (Córdoba) han conseguido esta hazaña.
En cinco años a Primera
En 1994-95 el Málaga ascendió a Segunda B tras terminar la Liga regular invicto, con 99 goles anotados y tras superar una trepidante fase de grupos con Jerez de los Caballeros, Isla Cristina y Puertollano. Un atroz sufrimiento. Solo se ascendió en la última jornada gracias a un gozoso empate entre manchegos y onubenses.
La travesía por Segunda B fue otro quinario. El Málaga se gastó mucho dinero en futbolistas en busca de un ascenso rápido que se retrasó hasta 1998 tras otra liguilla interminable. Tres goles de Pablo Guede y otro de Luis Merino dieron el ascenso ante el Terrassa (4-1) ayudado por otro feliz y generoso empate entre Beasain y Talavera. La Rosaleda enloqueció. Al día siguiente Fernando Puche, que pocos meses atrás se convirtió en presidente tras comprar sus acciones a Beltrán, despidió a Ismael Díaz, el técnico del ascenso y contrató a Joaquín Peiró.
El paso por segunda fue fugaz. Con el respaldo económico del Grupo Zeta que presidía Antonio Asensio (ya fallecido) el equipo fichó a 19 jugadores y ascendió a Primera donde permaneció siete temporadas consecutivas. En este tiempo Puche dejó la presidencia a Serafín Roldán y éste a Fernando Sanz tras el descenso de 2006.
La década posterior ha sido vertiginosa. Dos años en Segunda, Ley Concursal, regreso a Primera, llegada de Abdullah Al Thani, inolvidable año de Champions, lucha por la supervivencia y, tras diez años, descenso a Segunda donde el Málaga ahora vela armas en espera de volver a su sitio natural que es la Primera. Nada de esto hubiera posible sin aquel 29 de junio de 1994.