El alma futbolística de Kubo: cómo juega y en qué destaca
Su actuación en la Copa América confirma el enorme talento que atesora. Un jugador diferencial con visión, último pase y dinamismo.
El trazo marketiniano del fichaje de Kubo ha escondido su extraordinario potencial, refrendado con su rendimiento en la Copa América. El jovencísimo futbolista deleitó con Japón ante un rival de peso como Chile y elevó sus prestaciones frente a Ecuador. Su lectura del juego, habilidad entre líneas, último pase y control del espacio y del balón documentaron el impacto de los titulares alrededor de su figura
Kubo actuó como mediapunta en el 1-4-2-3-1 en fase de posesión nipona. Dinámico y creativo, fue la salida que buscaba su equipo para establecerse en campo contrario. Kubo se ofrecía por detrás de la medular rival e impulsaba el suceso ofensivo con una naturalidad abrumadora. La toma de decisiones resultó casi siempre correcta. Se empleó con diferentes gestos técnicos: primer toque, apoyo y giro, recepción y apertura... Los jugadores de banda -Maeda y Nakajima ante Chile, Miyoshi y Nakajima contra Ecuador- quedaban en posiciones ventajosas tras sus intervenciones.
El dominio de la situación lo tiene interiorizado por su visión periférica que le permite adelantarse a la presión adversaria y ejecutar movimientos y entregas con la velocidad adecuada. Su influencia -148 acciones con un 70% de precisión- capitaneó el juego ofensivo de Japón. Al jugador japonés le ha faltado históricamente resolver mejor los instantes finales de las jugadas, pero Kubo rebate esta singularidad. En el desenlace del partido ante Ecuador dejó a sus compañeros solos delante del portero hasta en cuatro ocasiones. Sus entregas se produjeron siempre en el momento oportuno y con la tensión necesaria. También demostró su talento para intervenir en lugares menos concurridos de rivales. Se abría a los costados para generar la confusión. Desde la derecha presume de la capacidad de articular diagonales y conducciones con su lucida pierna izquierda.
Kubo puede progresar en la definición goleadora y en los balones divididos. No holgazaneó en el apartado defensivo, pero carece de algunos conceptos en las coberturas y posicionamiento táctico. Estas imperfecciones lógicas no deprecian la buenísima impresión que dejó en Brasil. Las comparaciones con Messi que llegan de Japón, exageradas todavía, se ajustan a la apariencia futbolística de uno y otro. Tiene un aire en su forma de jugar y actúa con el aplomo de un adulto.