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COPA AMÉRICA

Larissa Riquelme: "Cuando más viejo se hace el vino, más rico es"

Riquelme, que se encuentra en Brasil para alentar a la selección de Paraguay, admitió que la expectación que provoca en la tribuna no ha cesado.

Riquelme, que se encuentra en Brasil para alentar a la selección de Paraguay, admitió  que la expectación que provoca en la tribuna no ha cesado.

A casi diez años de convertirse en un icono sensual del fútbol, la modelo paraguaya Larissa Riquelme mantiene intacta su popularidad como lo ha vuelto a demostrar en la Copa América, donde ha reaparecido causando casi la misma repercusión que entonces.

Riquelme, que se encuentra en Brasil para alentar a la selección de Paraguay, admitió en una entrevista con Efe que la expectación que provoca en la tribuna no ha cesado desde que saltó a la fama por unas fotos en las que aparecía siguiendo un partido del Mundial de 2010 en Asunción.

Ante las críticas que puede generar la manera en que exhibe su figura en los estadios, la modelo respondió que "la mujer va y disfruta del fútbol, y a parte derrocha belleza en todos los sentidos".

"Yo no veo como algo feo que una mujer vaya a una cancha y la gente admire su belleza. No lo veo de esa manera. Lo que me da fea imagen es gente gritándose, insultándose, peleándose en un estadio o drogándose dentro de un campo de fútbol. Para mí eso es más dañino", apuntó Riquelme.

La modelo afirmó que ella acude al estadio y sigue a la selección siempre para "disfrutar, apasionarse y ver todo lo que genera este deporte".

La apodada 'Novia del Mundial' de 2010 se definió como "una fanática brutal" de su país. "Creo que soy una de las pocas paraguayas que nunca cambia su esencia. No pierdo mi esencia paraguaya y demuestro, obviamente, mi sangre guaraní", apuntó.

Riquelme señaló que no ha cambiado su forma de ser desde que se convirtió en una celebridad porque, según afirmó, nunca pudo digerir esa vorágine.

"Nunca asimilé lo que me ocurrió. A veces no podía ver los partidos. Me la pasaba sacando fotos. Fue un sueño cumplido. Lo cumplí, lo viví, lo disfruté, y ahora lo vuelvo a disfrutar", apostilló Riquelme, de 34 años y casada con el futbolista argentino Jonathan Fabbro.

"Yo creo que no he cambiado en nada. Capaz tenía unos añitos menos, pero tengo una teoría medio pícara y es que cuando más viejo se hace el vino, más rico se hace", añadió.

La paraguaya aseguró que le gustaría volver a posar desnuda para una revista igual que ya hizo en 2011 para Playboy si le llegase una oferta similar.

"Para mí es algo artístico mostrarse de una forma sensual. Esto ya viene desde los años 40. Arrancó con Marilyn Monroe. No viene de ahora, y me parece lindo admirar el cuerpo de una mujer", precisó.

Cuando no sigue a la selección en la Copa América, Larissa Riquelme está ocupada con un programa televisivo que tiene en Paraguay y también vinculada al mundo de la moda.

Si el trabajo y los viajes se lo permiten, siempre aprovecha para ir a ver los partidos del Cerro Porteño, su club favorito en Asunción.

Los vive con la misma intensidad que los partidos de la Albirroja, una selección que es "pasión, sentimiento y garra guaraní... eso es lo que demuestra en cada encuentro", dijo.

"La selección no solo une a los paraguayos, sino también a los clubes. Cuando juega la selección somos todos un corazón y la adrenalina y la pasión es la misma", describió.

"A Paraguay lo ven como un país muy pequeño con muy poco fútbol pero tenemos un corazón enorme y pueden fijarse en nuestra historia. Somos un país que sufrimos mucho y en cada encuentro queremos demostrar que somos grandes", concluyó.

A casi diez años de convertirse 
en un icono sensual del fútbol, la modelo paraguaya Larissa Riquelme 
mantiene intacta su popularidad como lo ha vuelto a demostrar en la Copa 
América, donde ha reaparecido causando casi la misma repercusión que 
entonces. 

          
    Riquelme, que se encuentra en Brasil para alentar a la selección 
de Paraguay, admitió en una entrevista con Efe que la expectación que 
provoca en la tribuna no ha cesado desde que saltó a la fama por unas 
fotos en las que aparecía siguiendo un partido del Mundial de 2010 en 
Asunción. 

          
    Ante las críticas que puede generar la manera en que exhibe su figura 
en los estadios, la modelo respondió que "la mujer va y disfruta del 
fútbol, y a parte derrocha belleza en todos los sentidos". 

          
    "Yo no veo como algo feo que una mujer vaya a una cancha y la gente 
admire su belleza. No lo veo de esa manera. Lo que me da fea imagen es 
gente gritándose, insultándose, peleándose en un estadio o drogándose 
dentro de un campo de fútbol. Para mí eso es más dañino", apuntó Riquelme. 

          
    La modelo afirmó que ella acude al estadio y sigue a la selección 
siempre para "disfrutar, apasionarse y ver todo lo que genera este 
deporte". 

          
    La apodada 'Novia del Mundial' de 2010 se definió como "una fanática 
brutal" de su país. "Creo que soy una de las pocas paraguayas que nunca 
cambia su esencia. No pierdo mi esencia paraguaya y demuestro, obviamente, 
mi sangre guaraní", apuntó. 

          
    Riquelme señaló que no ha cambiado su forma de ser desde que se convirtió
en una celebridad porque, según afirmó, nunca pudo digerir esa vorágine. 

          
    "Nunca asimilé lo que me ocurrió. A veces no podía ver los partidos. 
Me la pasaba sacando fotos. Fue un sueño cumplido. Lo cumplí, lo viví, 
lo disfruté, y ahora lo vuelvo a disfrutar", apostilló Riquelme, de 34 
años y casada con el futbolista argentino Jonathan Fabbro. 

          
    "Yo creo que no he cambiado en nada. Capaz tenía unos añitos menos, 
pero tengo una teoría medio pícara y es que cuando más viejo se hace 
el vino, más rico se hace", añadió. 

          
    La paraguaya aseguró que le gustaría volver a posar desnuda para 
una revista igual que ya hizo en 2011 para Playboy si le llegase una 
oferta similar. 

          
    "Para mí es algo artístico mostrarse de una forma sensual. Esto ya 
viene desde los años 40. Arrancó con Marilyn Monroe. No viene de ahora, 
y me parece lindo admirar el cuerpo de una mujer", precisó. 

          
    Cuando no sigue a la selección en la Copa América, Larissa Riquelme 
está ocupada con un programa televisivo que tiene en Paraguay y también 
vinculada al mundo de la moda. 

          
    Si el trabajo y los viajes se lo permiten, siempre aprovecha para 
ir a ver los partidos del Cerro Porteño, su club favorito en Asunción. 

          
    Los vive con la misma intensidad que los partidos de la Albirroja, 
una selección que es "pasión, sentimiento y garra guaraní... eso es lo 
que demuestra en cada encuentro", dijo. 

          
    "La selección no solo une a los paraguayos, sino también a los clubes. 
Cuando juega la selección somos todos un corazón y la adrenalina y la 
pasión es la misma", describió. 

          
    Consideró que en esta Copa América la selección guaraní estuvo a 
punto de demostrar contra Argentina (1-1) que es un equipo muy grande. 
"Nos faltó un poquito. Teníamos las de ganar, y nos engañaron con el 
VAR. Le entregaron a Argentina ese penal... ¡porque no era penal!, afirmó 
vehemente. 

          
    Recordó que pensaron que con el 2-0 que tenían de ventaja sobre Catar 
estaban seguros "pero el 2-0 es nunca un marcador seguro", pues el equipo 
catarí terminó empatando el encuentro. 

          
    Del partido que perdieron por 1-0 ante Colombia dijo: "tuvimos un 
'montonazo' de errores pero a pesar de perder nos clasificamos en el 
último suspiro gracias al partido entre Ecuador y Japón (1-1)", añadió. 

          
    "A Paraguay lo ven como un país muy pequeño con muy poco fútbol pero 
tenemos un corazón enorme y pueden fijarse en nuestra historia. Somos 
un país que sufrimos mucho y en cada encuentro queremos demostrar que 
somos grandes", concluyó.