REAL MADRID
Kubo ilusionó ante Chile
A pesar de la derrota, el nuevo jugador del Real Madrid fue el referente ofensivo de Japón, dejó varios detalles de calidad y estuvo a punto de marcar un golazo.
Takefusa Kubo disputó sus primeros minutos como jugador del Real Madrid. Fue con la camiseta de Japón en la Copa América, a la que la selección nipona fue invitada por la Conmebol. No pudo con la vigente campeona, Chile, que demostró estar un nivel por encima en casi todos los aspectos del juego. Un 4-0 que resta muchas de sus opciones de estar en la siguiente ronda, aunque tiene posibilidades si consigue sumar en los dos partidos que le quedan en el grupo C contra Uruguay y Ecuador.
Más allá del resultado, el madridismo puede ilusionarse. Sorprende como un chico de sólo 18 años es capaz de mostrar ese descaro en el primer partido que juega como titular con su selección, ante un rival de la talla de Chile y apenas unos días después de haber firmado por el club blanco. No paró de moverse y de pedirla, dándole igual la situación. Siempre con la cabeza levantada y con un estilo propio, algo que caracteriza a los grandes futbolistas.
Su marco de influencia abarcó todo el frente de ataque. Su posición natural era la de segunda delantero, acompañando a un punta que actuaba referencia. Hajime Moriyasu, técnico japonés, a sabiendas de las capacidades de Kubo, le dio libertad absoluta. Era tan habitual verle aparecer por ambas bandas, generando superioridades, como por dentro, flotando en la línea de tres cuartos rival.
Con la pelota en los pies fue capaz de desmontar en varias ocasiones a la defensa chilena. Kubo es desequilibrio constante. Empezó el partido con un caño a Erick Pulgar, dejando claro que no se iba a achantar ante nadie. Era el encargado de lanzar muchos de los balones parados de Japón, entre ellos una falta en los primeros compases que se marchó alta. Sin embargo, su mejor jugada llegó en el segundo tiempo. Tras el primer gol de Vargas, tomó la responsabilidad ofensiva y estuvo a punto de recortar distancias con un eslalon con el que dejó a varios chilenos en el camino. Le faltó ángulo y puntería ante la salida de Arias, y acabó mandando la pelota al lateral de la red.
Kubo completó los 95 minutos que duró el partido a un buen nivel físico, aunque con los dos últimos goles de Chile en el tramo final bajó los brazos a la par del resto de sus compañeros, sabiendo que la remontada era ya imposible. Unas primeras impresiones que hacen aumentar las expectativas del aficionado madridista.