Demostración de fuerza de Alemania en su debut

La vigente campeona comenzó a defender su trono con mano dura, imponiendo su juego desde los primeros minutos con balón, con posesiones más importantes y efectivas, y sin balón, mediante una presión alta de la que le costó desquitarse Dinamarca. Öztunali, jugador de otra categoría y uno de los dos (junto a Dahoud, del que se podría decir lo mismo respecto a su nivel) campeones en 2017, dejó un balón de cara para Richter que no dudó en abrir el marcador en la primera gran ocasión del equipo.

Mientras Alemania arrasaba en sensaciones, Dinamarca daba muestras de precipitación y dudas en sus jugadas ofensivas. Waldschmidt dio un aviso, pero Iversen le negó el gol. Se llegó al descanso con los alemanes muy cómodos, y confirmó su superioridad con el doblete que logró Richter en un mano a mano a los cinco minutos.

Con el partido cuesta abajo, Waldschmidt sentenció el partido finalizando un contragolpe al que no se le puede poner ni una pega de los alemanes. Baumgartl le dio la oportunidad a Dinamarca con una mano muy clara dentro del área, gracias a la que Skov marcó de penalti. El partido se convirtió en una ida y vuelta propio de esta edad, pero en el que los alemanes se sentían tan cómodos como antes del penalti. Alemania no dio signos de debilidad alguna y ganó con autoridad.