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ESPANYOL

Lillo: "Gallego es verdad"

El nuevo técnico del Espanyol se inspiró en sus inicios en el vasco, quien explica para AS la "pasión" del catalán. Coincidieron en el Terrassa.

Actualizado a
David Gallego.
GORKA LEIZA

Gallego es verdad”, se arranca Juanma Lillo, que responde al otro lado del teléfono. El técnico vasco ha llegado recientemente de Guatemala, de impartir unas conferencias sobre fútbol, ese deporte tan complejo del que se ha convertido en una fuente de inspiración. Por su diván, como ocurre con Marcelo Bielsa, han pasado infinidad de entrenadores, también David Gallego, el nuevo técnico del Espanyol.

Los caminos de ambos se juntaron en la temporada 2004-05 en Terrassa. Lillo fue el entrenador durante 33 jornadas, mientras que Gallego, un jugador de carácter, todo "pasión". "Hay personas que si las rascas no encuentras nada, y otras que si rascas todavía ganan más. Gallego es de esas. Tiene valores, un corazón enorme y su virtud es que todo lo hace con pasión", explica Lillo, quien recuerda también la admiración que tenía Gallego de él. "Era una persona que se preocupaba por entender todo lo que debía hacer en un partido, por la lógica del juego. Ya estaba al final de su carrera y le tiraba ser entrenador", comentó.

De hecho, Gallego puso fin a su trayectoria en el Badalona, un año después. Y empezó el camino hacía ser entrenador de elite. Una etapa en la que llamaba a menudo a Lillo. "Hablábamos de aspectos personales y de fútbol, me explicaba lo difícil que es hacerse un hueco en este mundo", explicó el entrenador ahora mismo sin equipo, cuyos últimos proyectos se han desarrollado al otro lado del Atlántico.

Juanma Lillo.
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Juanma Lillo.Carlos Barba

Al margen de esa pasión, Gallego siempre ha tenido un carácter avinagrado debido a su manera de ser, aunque luego es apreciado por los jugadores. Lillo recuerda ese perfil "gruñón" que despertaba bromas en el vestuario, pero que le convertía en una persona muy querida y a la vez "genuina". Eso le hizo ganarse algún apodo curioso en la plantilla, aunque todos sabían que Gallego era una de las personas con quien siempre contar en los momentos difíciles: jugó 29 partidos aunque finalmente el conjunto catalán descendió a Segunda B.

El propio Lillo reconoce que una vez Gallego empezó a labrarse una trayectoria, sobre todo en el Espanyol, empezaron a perder el contacto. Y se alegra de que en los banquillos haya gente así, pasional que vive el fútbol. "Este año (Champions y Europa League) han ganado el chándal y no las corbatas". Gallego representa ese chándal.