Isaac Martín: "Un jugador de esports sufre un estrés análogo al de un futbolista"
Psicólogo deportivo de TYM (Train Your Mind), trabaja con el equipo de Rocket League del RCD Espanyol.
—¿Cómo se trabaja con un club de esports de primera línea?
—El proceso con los equipos se basa en evaluar, intervenir y volver a evaluar. Se realizan entrevistas individuales con los jugadores, así como con el entrenador. Se observa cómo son las dinámicas individuales y de grupo y a partir de ahí se trabaja con ellos en aquellos aspectos que puedan mejorar el rendimiento en conjunto. Se aplican herramientas científicas y se chequean los resultados.
—¿Sus problemas son diferentes a los de otros deportistas?
—¿Las Gaming House son una solución o un problema?
—En TYM no somos partidarios de las Gaming House, ya que al pasar los jugadores mucho tiempo juntos, el nivel de conflictos se eleva. Es mucho mejor que cada integrante tenga una vida independiente, que sea capaz de autogestionarse y de conseguir una disciplina con los horarios de entrenamiento. La relación entre los miembros de un equipo es fundamental, en el caso del Espanyol hay una gran afinidad entre ellos y eso se nota en los resultados.
—¿Los entrenadores y la familia qué papel tienen?
—A pesar de que los esports no son un fenómeno reciente, no existe una formación determinada para los entrenadores. Casi todos son exjugadores que se han reconvertido y que van aprendiendo sobre la marcha. Nuestra labor es darles herramientas para que mejoren la comunicación son sus jugadores. Cuando un integrante presenta alguna desadaptativa hay que aplicar un sistema de castigos y recompensas, para que entienda que lo importante es el grupo. Resulta curioso que este es un deporte en el que el técnico no puede intervenir durante las partidas, así que la toma de decisiones corresponde a los jugadores. Los padres, al principio, no suelen entender a qué mundo se han incorporado. No ven con buenos ojos que dediquen tanto tiempo a “jugar”, pero todo cambia cuando firman un contrato y se reciben los primeros ingresos.
—¿Se prepara de manera especial una final?
—Los eventos presenciales, como va a ser Gamergy en unos pocos días, son otro desafío, aquí a los factores de ansiedad que genera la propia competición se le añade el actuar ante cientos o miles de personas que van a reaccionar a lo que hagan. Hay que evitar que esto interfiera y que aprendan a concentrarse únicamente en la partida.
—¿Es comparable con el estrés de un deportista de élite?
—Variables como el contacto físico y las agresiones no están presentes aquí. Sin embargo, en disciplinas como League of Legends los estímulos a los que hay que prestar atención son muchos más que en los deportes tradicionales, como es el caso del fútbol. Por tanto y como conclusión, podríamos decir que son análogos.
—¿La incorporación de clubes de fútbol es beneficiosa?
—Ahora no hay un componente emocional tan fuerte en los esports como en el fútbol; se puede ser de varios equipos. Disfrutar de las partidas independientemente de quién juegue. El desembarco de clubes importantes es un impulso, pero puede cambiar el ecosistema. Hay empresas como Esportia, que es una consultoría especializada en la creación de secciones de esports en entidades de primer nivel, que trabaja muy bien esto.