Teja Oblak: "La portería era la pasión de Jan; nos entrenábamos juntos, fútbol y básket"
La hermana del portero del Atlético, jugadora internacional de baloncesto eslovena, relata en el diario Ekipa los inicios de ambos. Una familia marcada por el deporte.
Jan Oblak procede de una familia donde el deporte era un valor sólido, una pilar sólido sobre el que apoyar su crecimiento. Tanto que no solamente él se ha convertido en deportista profesional de éxito, también su hermana Teja, internacional con su país y jugadora esta temporada del Sopron húngaro, equipo con el que ha participado en la Final Four de la Euroliga. Teja ha contado, en una amplia entrevista en el diario Ekipa de Eslovenia, sus inicios y los de su hermano Jan en el deporte, cómo han trabajado juntos para conseguir sus sueños. Su padre fue el germen de su pasión. "Nuestra infancia estuvo siempre ligada al deporte. Tuvimos la pelota de fútbol al lado de nosotros cuando todavía no habíamos aprendido a caminar. Nuestro padre Matjaz era portero en tercera división, nunca tuvo un contrato profesional por lo que también tenía que trabajar. Él nos trasladó su pasión por el deporte, primero a mí y luego a Jan. Le acompañábamos a los entrenamientos y a los partidos", explica Teja, quien compartió durante unos años disciplina con su hermano Jan.
"Comenzamos a jugar también al fútbol, y tengo que decir que yo era bastante buena y me mandaron a jugar con las chicas a Liubliana, pero no me gustó y volví a Skofja Loka, nuestro pueblo, para jugar en un equipo masculino, donde también estaba Jan. Él ha sido portero desde el principio, era su mayor pasión. Solamente cuando se aburría y nuestro equipo ganaba sin problemas, le pedía al entrenador jugar algunos minutos de delantero", relata Teja, quien apunta a las tardes que ambos pasaban juntos en casa como uno de los pequeños secretos de su éxito. "Hacíamos entrenamientos en casa, yo le lanzaba tiros a él y se tiraba al suelo como un loco para pararlos y los detenía todos. Incluso cuando yo comencé a jugar al baloncesto con las chicas, seguimos haciendo ese entrenamiento. Yo hacía entrenamiento futbolístico con él y él jugaba al baloncesto conmigo. Además, muchas veces jugábamos también al tenis de mesa. Fueron años fantásticos", reconoce Teja. Jan Oblak transmite una imagen fría en la portería del Atlético. Sus compañeros bromean con él y celebran casi como un gol cada vez que le hacen sonreír. Un tipo enfocado que dista bastante de lo que fue durante su niñez, según cuenta su hermana en Ekipa.
"De niños yo era más tranquila, él, en cambio, era muy vivo y revoltoso. Nos traía de cabeza en casa a mí y a mis padres. Ahora, sin embargo, es tranquilísimo, habla muy poco, mientras yo siempre soy muy abierta y hablo por los codos. Sigo sus partidos por televisión y le llamo siempre que puedo. Si tengo la posibilidad, voy a verlo al estadio y él también a mis partidos. La familia es muy importante para nosotros". Sus carreras les obligan a pasar mucho tiempo separados, pero ambos mantienen el sueño de volver a trabajar juntos en el futuro. "Nos quedan años de carrera todavía, pero ambos tenemos una visión para el futuro. Nos gustaría construir un centro deportivo, tengo muchas ideas y hay que elegir una buena e interesante. Me gustaría mucho colaborar con Jan y hacerlo juntos. Creo que será posible", apunta Teja Oblak.