Se trataba de una final. De un duelo a vida o muerte. Y el Oviedo fue incapaz de dar la cara en Santa Cruz. El Tenerife se mostró más acertado en las áreas, consciente el equipo canario de que se jugaba su supervivencia en Segunda, y se impuso 2-1 a los azules. La derrota tiene efectos directos sobre las posibilidades de los carbayones al playoff. Salvo milagro futbolístico, los azules se quedarán por cuarto año consecutivo a las puertas de la promoción de ascenso. La afición vuelve a soportar otro duro golpe.