Valverde: ¿olor a despedida?
El entrenador fue bastante frío a la hora de despedirse de sus jugadores aumentando así la sensación de que podría estar viviendo sus últimas horas en el banquillo.
Ernesto Valverde no tenía muchas ganas de hablar después de vivir un segundo varapalo en apenas veinte días. Prefirió refugiarse en unos auriculares durante el viaje de regreso a Barcelona para evitar tener que dar explicaciones o entablar conversaciones con alguien. Ni tan siquiera con su segundo de a bordo, Jon Aspiazu, con quien comparte habitualmente confidencias durante los viajes, estuvo especialmente atento.
Lo cierto es que a Valverde se le vio especialmente afectado y abatido tras esta nueva derrota. De hecho, en la despedida se mostró bastante frío con los jugadores. No hubo intercambios de palabras ni tan siquiera un ‘nos vemos en julio’ ni nada por el parecido. Nadie tenía ganas de hablar ni de pronunciar discursos.
En todo caso, la sensación con la que se fue más de uno de las instalaciones de la Ciudad Deportiva al filo de las tres de la madrugada es que el futuro de Valverde pendía de un hilo. En el vestuario existe una unanimidad general de que el entrenador debe continuar, pero también entienden que son los dirigentes quienes han de tomar las decisiones y que la situación a día de hoy no es fácil y exige una respuesta adecuada.
Más de un jugador tuvo la percepción cuando se despedía de Valverde que podría ser un adiós definitivo. El tiempo dirá si esa sensación estaba o no equivocada.