SERIE A
Final inolvidable para la Serie A: Atalanta e Inter a la Champions
El Atalanta derrotó 3-1 al Sassuolo y jugará la Copa de Europa por primera vez. El Inter celebró su clasificación a la Champions tras el 2-1 al Empoli, que baja junto a Chievo y Frosinone.
Va a ser difícil olvidar el ballet de emociones que regaló la última noche de la Serie A. El Inter celebró su clasificación a la Champions tras el 2-1 al Empoli, que se jugaba la salvación, ganando un enfrentamiento que definir agónico es poco: tras una primera parte sin goles, Spalletti puso en la reanudación a Keita, que marcó enseguida el 1-0. Icardi falló el penalti de la sentencia, dando su posible adiós a San Siro de la peor manera, e increíblemente los toscanos pusieron las tablas con Traoré. Un gol de Nainggolan volvió a adelantar los nerazzurri, que sufrieron hasta el último segundo agarrándose al larguero y a las paradas de Handanovic (a instantes del pitido final, el VAR anuló un gol de Brozovic desde mediocampo por una falta de Keita, que fue expulsado) y con este resultado salvaron a Genoa y Fiorentina, que empataron a cero y esperaban justo la derrota del Empoli, que desciende a la Serie B junto a Chievo y Frosinone.
Atalanta
Noche legendaria para el Atalanta, que derrotó 3-1 al Sassuolo y jugará la Copa de Europa por primera vez: los de Gasperini también pasaron por un buen susto, cuando Berardi marcó el gol del 0-1 de los neroverdi. El extremo fue expulsado debido a una trifulca en el descanso y en la segunda parte los orobici completaron la remontada que habían comenzado con Duván Zapata (23 goles, segundo mejor marcador del campeonato) gracias a los tantos de Gómez y Pasalic.
Milán
Al Milán, que esperaba un traspié de sus ‘primos’ o del Atalanta para volver a la Champions después de cinco años, le queda la Europa League (irá con el Roma y el Lazio) tras ganar al SPAL 2-3: Calhanoglu y Kessié firmaron la doble ventaja, Vicari y Fares la remontada local. Un penalti del marfileño sirvió para el triunfo, pero no para la fiesta. En Roma se lloró de emoción para el último partido de De Rossi tras 616 presencias, despedido entre lágrimas de compañeros y tifosi. La victoria sobre el Parma (2-1, goles de Pellegrini, Gervinho y Perotti) fue un detalle más.