La trampa de Segunda B

Si la pérdida que supone bajar de Primera División a Segunda es grande, caer a Segunda División B es un duro palo del que es muy difícil recuperarse. Lo que supone el descenso a la categoría de bronce va más allá del plano económico, para el club, o anímico, para la afición, ya que volver de Segunda B es más que complicado. De hecho, desde la temporada 2001/02 se han producido 68 descensos y sólo 27 equipos han conseguido volver a la segunda categoría del fútbol español. O lo que es lo mismo, 41 equipos no han logrado la vuelta a Segunda.

Los cuatro grupos que componen la Segunda División B y su dura fase de ascenso a LaLiga 1,2,3 es una barrera muy difícil de saltar para los descendidos. De estos ascensos (27), en las últimas 17 temporadas, sólo 9 equipos han conseguido subir al año siguiente de caer a la categoría de bronce. Esos clubes fueron el Racing de Ferrol (bajó en el año 2002/2003),  Eibar (descendió en la 2005/06), Cádiz (temporada 07/08), Murcia (temporada 09/10), Ponferradina (temporada 10/11), Racing de Santander (temporada 12/13), Albacete (temporada 15/16) y Elche y Mallorca (temporada 16/17). 

Más difícil lo tuvieron equipos como el Oviedo, Jaén o el Leganés que tardaron algo más de una década en volver a la categoría de plata. Los andaluces, que están firmando una gran temporada en Tercera División, descendieron en el curso 2001/02 y tuvo que esperar 11 años para volver a la categoría de bronce, en el año 2012/13. Por su parte, el conjunto pepinero perdió la condición de 'equipo de plata' en la temporada 2003/04 (se libró de descender un año antes por el descenso administrativo del Compostela) y, tras un paso por el desierto de la Segunda B durante 10 años, subió a Segunda en la temporada 13/14, para dos temporadas después ascender a LaLiga Santander. Los asturianos, tras un descenso administrativo en la 02/03 y un paso por Tercera, consiguieron subir a Segunda 12 años después en la temporada 14/15.

Muchos son los equipos que no han conseguido volver a Segunda División y están vagando por el fútbol regional. Históricos como el Badajoz, el Salamanca o el Recreativo no han logrado ascender desde su último descenso a Segunda B. Peor suerte han corrido equipos que no superaron el bache económico que supone esta bajada de categoría y se han visto abocados a la desaparición. Polideportivo Ejido, Lorca, Extremadura y Xerez desaparecieron ahogados por las deudas económicas. Años más tarde los últimos tres equipos se refundaron. 

Esto es una muestra de lo que se juegan los equipos que están en la pomada para salvarse este año. Numancia, Tenerife, Lugo y Rayo Majadahonda pueden descender, y según estos datos, su futuro sería muy incierto a corto plazo, ya que subir se antoja más que complicado. La Segunda B es la trampa del fútbol español, ya que te coge y no te deja ir.