El Zaragoza fue un ciclón en Almendralejo
Triunfo brillantísimo e incontestable del equipo de Víctor, que da un paso de gigante para lograr la salvación. El Extremadura, sin respuesta.
El Real Zaragoza dio un paso de gigante en Almendralejo para conseguir la permanencia en Segunda División. El Extremadura había ganado sus últimos cinco partidos, pero todas sus virtudes se deshicieron, ante la autoridad, la personalidad y la solvencia del equipo de Víctor Fernández, que dejó en el Francisco de la Hera una de sus actuaciones más brillantes de la temporada. Suyo fue el dominio de principio a fin y suya fue la victoria gracias a un gol en propia puerta, a un golazo de bandera de Pep Biel y a una definición marca de la casa de Pombo. Un triunfo inapelable. Rotundo.
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Cuando se cumplían 24 años del título más importante de la historia del Zaragoza, Víctor Fernández señaló en la víspera que “ahora mismo nuestra Recopa es salvar al equipo”. Y el objetivo, secundado por otros resultados de la jornada, está próximo. El técnico aragonés regresó a su casa, precisamente, para eso y está ya muy cerca de conseguirlo, eso sí, con todo el sufrimiento del mundo.
La cruz de la moneda es el Extremadura, que ha visto cortada su excelente racha de triunfos y va a tener que pelear con uñas y dientes hasta el final. Veremos si esta derrota le ha dejado o no tocado, pero ante el Zaragoza completó un naufragio absoluto.
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Y es que el Zaragoza salió como un trueno, con valentía, intensidad y sangre en el ojo, y desarmó por completo al Extremadura. Desde el pitido inicial se vio claro que el equipo de Víctor iba a por la victoria y los primeros veinte minutos fueron un monólogo apabullante. James fue el primero en amenazar con un disparo alto cuando sólo se llevaban 57 segundos de juego y luego fueron Granero y Casto los que conjuraron dos clarísimas ocasiones de un activísimo Marc Gual, las dos servidas desde la izquierda por un Álvaro Vázquez imponente.
Pero tanto y tan seguido fue el cántaro a la fuente que se le acabó rompiendo al Extremadura. Y así, en el minuto 18, el Zaragoza obtuvo el premio que tanto buscaba: James robó su enésimo balón en la línea de tres cuartos y abrió a la derecha para Marc Gual, cuyo centro chut rozó en Borja Granero, se envenenó aún más en Álex Díez y tras pegar en el poste tocó la mano derecha de Casto y se alojó dentro. Una jugada de fortuna, pero que le hizo plena justicia al fútbol del Real Zaragoza.
El Extremadura respondió cinco minutos después con una acción clara de Ortuño ante Cristian Álvarez, y el partido bajó algo de revoluciones y se equilibró un tanto, con ocasiones en la dos porterías, especialmente un mano a mano de Álvaro Vázquez con Casto que salvó de forma providencial el portero local. Ahí tuvo el Zaragoza la sentencia y, sobre todo, el rédito merecido a su dominio e iniciativa.
El equipo aragonés volvió como un cohete del descanso y repitió su plan de la primera parte en el Francisco de la Hera. Salida con una gran ocasión de Álvaro Vázquez ante Casto y futbol y preciso y vertical, gracias a su fantástica presión en la medular, que volvió a dejar sin respuesta al Extremadura. Y así cayó el 0-2, una obra maestra de Pep Biel, y el 0-3, con el que Pombo terminó de liquidar al rival.