Eriksen estuvo desasistido
Al danés, pretendido por el Madrid, le penalizaron las ausencias de Winks, Son y Kane. Aunque fue entonándose, y con él el Tottenham, no pudo ser decisivo.
Sin Winks por detrás, Son en su línea y Kane por delante, Eriksen no dio abasto. Esas tres bajas de tanto calado y ese fútbol del Ajax tan incontrolable desarticularon a un Tottenham especialmente irreconocible en la primera mitad, en la que sólo el danés se remangó para vertebrar las posesiones de su equipo.
De hecho, fue el jugador de ataque de Pochettino con más pases buenos (12) al descanso, en un primer periodo en el que sus compañeros se limitaron a contestar a la presión holandesa entregándose a la escapatoria más fácil: pelotazos a Llorente.
Sissoko permitió a Eriksen tener más el balón
La reacción llegó a la vuelta del vestuario, cuando el Tottenham, con el refuerzo de Sissoko, sustituto de un Vertonghen noqueado anteriormente, recuperó el balón y con él, algo de su identidad: pasó del 41,3%-58,7% al descanso a un 49%-51% en el 70' y al 51,1%-48,9% final. Fue Eriksen, con Lucas Moura aportando verticalidad, quien cogió las riendas de esa mejoría, en un intento de remontada que se quedó en un quiero y no puedo.
Los 28 pases buenos en total de Eriksen, más que nadie del ataque de los Spurs, y su siempre amenazante toque a balón parado ayudaron a mantener de pie a un Tottenham que echaba tanto de menos a sus otras figuras que no pudo disfrutar. Eriksen, en una actuación más voluntariosa que lustrosa por lo poco acompañado que estuvo, dejó también 1 remate rechazado, 2 centros al área, 15 pérdidas, 7 recuperaciones y 2 regates. Se esperaba mucho de él y se tuvo que conformar con quedarse lejos de brillar...