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BARCELONA

Momentos clave para una Liga

Después de unas primeras cuatro victorias algo engañosas y tres tropiezos que despertaron dudas, el Barça cogió en noviembre la velocidad de crucero y sentenció LaLiga ante el Atlético.

Barcelona
La expulsión de Diego Costa marcó el Barça-Atlético de Madrid del Camp Nou.
Albert GeaREUTERS

Al Barça le costó encontrar la velocidad de crucero en su Liga número 26. Además de ser año premundial, Valverde decidió evolucionar el sistema de juego. Del 4-4-2 de la temporada anterior, pasó al 4-3-3, consecuencia de los refuerzos que habían llegado y que en su mayoría jugaban como interior o extremo. Arthur, Vidal, Aleñá, Malcom…, más la presencia ya desde primera hora de Coutinho y Dembélé que en la temporada anterior no habían estado desde el inicio; bien porque uno, Coutinho, se había incorporado en enero del año anterior; bien porque el otro se había destrozado el tendón en septiembre contra el Getafe.

Después de cuatro victorias iniciales bastante dubitativas, especialmente las de Zorrilla y Anoeta, el Barça tuvo un primer mal momento. Aquí empezaron los momentos claves del campeonato:

-Semana maldita. En la última semana de septiembre, el Barça tropezó dos veces consecutivas en casa ante Girona y Athletic y, en medio, perdió en Leganés. En los tres tropiezos hubo errores de bulto de Piqué. Burlado por Stuani, con un despeje extrañísimo en Butarque y, finalmente, con una falta de concentración grave en el 0-1 del Camp Nou. Se crearon dudas sobre el funcionamiento del equipo. Fue cuando Valverde decidió darle galones a Arthur de cara al partido de Champions ante el Tottenham y al de Liga contra el Valencia en Mestalla. Valverde también decidió ahí que era peligroso que Coutinho, Dembélé, Messi y Suárez. El equipo se desequilibraba.

-El brazo de Messi. El argentino se fracturó el radio en el partido contra el Sevilla, pero el Barça hizo un nueve de nueve en un momento decisivo para encaramarse ya a los primeros puestos de LaLiga. Ganó al Sevilla 4-2, al Rayo (2-3) y al Madrid (5-1), lo que desató las expectativas. La derrota contra el Betis (3-4), sin embargo, fue un toque de atención para un equipo que todavía estaba sin terminar de cuajar.

-Velocidad de crucero. Desde aquella derrota contra el Betis, el Barça no volvió a perder. En el Wanda salió vivo con el gol postrero de Dembélé y encadenó nueve victorias consecutivas que ya le distanciaron del resto. Mientras el Madrid se despeñaba y al Atlético no le daba para competir, el Barça se mostraba como un equipo fiable.

-El Clásico definitivo. Aunque para entonces ya tenía LaLiga bien encarrilada, el Barça fue a rematar el campeonato al Bernabéu. Lo hizo con la confianza que le daban un espectacular triunfo en Sevilla (2-4) con un Messi desatado y el 0-3 en la Copa en el Bernabéu. Pero también algo justo de gasolina. El gol de Rakitic volcó una Liga a la que faltaba el estoque.

-Suárez dobla a Oblak. Como la temporada anterior, el Barça-Atlético de la jornada 31 fue la fecha clave del campeonato. El Atlético llegaba al Camp Nou a ocho puntos. Una victoria reducía la distancia a cinco más el goalaverage que iba a ser favorable a los rojiblancos. El empate obligaba a los azulgrana a seguir remando y un triunfo les empujaba al título. La expulsión de Diego Costa volcó un partido que se mantuvo vivo por la memorable actuación de Oblak, al que sólo tumbó Suárez en el minuto 86. Un buen símbolo de lo que es un Barça luchador que ha ganado o empatado un buen puñado de partidos en los tramos finales durante LaLiga. Sólo quedaba levantar el título.