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RAYO MAJADAHONDA | IRIONDO

"Aprendí mucho de Cruyff, pero no conseguí su espontaneidad"

El entrenador del Rayo Majadahonda habló para As de su peculiar forma de entender el fútbol. "Nuestra idea es que el jugador invente, aunque se equivoque".

Antonio Iriondo atendió a As.
Emilio CobosDIARIO AS

Antonio Iriondo (65 años) está firmando un temporada histórica en el banquillo del Rayo Majadahonda. El técnico hispano-ruso es todo un emblema en el club majariego, al que ha conseguido ascender de Tercera a Segunda División, en camino de atar también la permanencia en la categoría de plata. Tranquilo y con una visión del fútbol peculiar, el entrenador atendió a As para hablar de su trayectoria y de cómo dirige a un equipo al que acostumbra llevar a sesiones de yoga y meditación.

¿Cómo surge la pasión por el fútbol?

Empezó cuando vine a Madrid. En Euskadi lo mío era el ciclismo. Si jugaba al fútbol me ponía de portero. Al llegar aquí no se llevaba el ciclismo y, por integrarme, comencé a jugar al fútbol.

¿Qué le faltó para triunfar como jugador?

Me faltaban muchísimas cosas. Conmigo como entrenador no habría jugado. Como técnico siempre he triunfado, porque he sido muy feliz entrenando. He estado en muchísimos equipos, admitiendo que las dificultades que puedes tener en un sitio te pueden limitar para conseguir campeonatos, que los he conseguido, pero el mayor éxito creo que es estar entrenando todos los días y no me canso.

¿Está evolucionando mucho el físico de los jugadores?

Si. La alimentación y entrenamientos. También es cierto que ahora hay más desgaste mediático. En mi caso me retire porque me diagnosticaron una enfermedad en el corazón, no por gusto.

¿Cómo se vive tras un infarto?

Yo no me privo de nada (risas). Una situación de esas te hace reflexionar, decir, me he salvado pero podría estar en otro lado y quizás te tomas las cosas de otra manera.

¿Por eso es usted tan diferente, muy tranquilo?

No sé si es por lo que me pasó. Quizás eso fue el postre. Yo trato de inculcar a los chavales el vivir el momento, estar en lo que pasa en cada instante y estar exento de emociones que no existen, un futuro que no existe y un pasado.

¿Qué papel le da a las redes sociales en un vestuario?

Yo no hago mucho caso. No significa que no esté informado de la actualidad, pero acudo a otras fuentes que dan la cara, no a gente que se esconde tras un número o un nombre. Los jugadores sí y eso me da mucha información de donde está su ego.

¿Cómo se gestiona el ego?

A veces es complicado, si tuviera la fórmula mágica lo publicaba. El ego es ese espacio dentro de cada uno que tapa el verdadero yo y te saca de tu esencia. En el fútbol hay demasiados estímulos que alientan el ego. Lo que tengo, lo que hago, lo que piensan los demás de ti y separar a la gente del ego es complicado. Intento ayudarles y que sepan que eso no eres tú.

Usted utiliza como entrenamiento técnicas de meditación o yoga. ¿Ha visto cambios?

Tienen una importancia en el momento que les invitas a descubrir una forma donde encontrarse en todos los planos. Luego unos lo harán y otros no. Tú no puedes obligarles a hacer cosas que no quieres y no estás las 24 horas con ellos. Tratas de inculcarles esas cosas. En algunos chicos se ve una evolución donde se notan más equilibrados.

Antonio Iriondo durante su entrevista en As.
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Antonio Iriondo durante su entrevista en As.Emilio CobosDIARIO AS

¿Qué pensaron los jugadores con estas técnicas?

Cuando empecé hace 30 años al principio sonaba raro. Luego se corre la voz e incluso otra gente tiene curiosidad. Yo no creo que sea raro, no se hace en muchos equipos pero de aquí a nada se hará en muchos equipos.

También fue pionero con su estilo, utilizó el 3-4-3 antes incluso que Cruyff.

Cuando yo empecé a entrenar estudié desde la simpleza máxima, partiendo de una idea libre. Estudié el Mundial del 82 y vi las batallas en el medio, que los rivales ponían un delantero y como mucho dos y buscaban dominar el juego en el medio. Lo empecé a hacer así y Cruyff no me copió. No vivimos solos y seguro que hay más gente que lo hizo y lo pensó entonces. Yo he aprendido mucho de Cruyff, me pareció genial y su mejor aportación era su forma libre de vivir cada instante sin ataduras a sistemas o formas de juego establecidas. Yo no he llegado a tener ese talento y esa espontaneidad. Cuando me comparan me da mucha vergüenza. Lo puse yo antes porque estaba antes como entrenador.

¿La libertad se corta por el resultadismo?

Pese a que soy consciente de eso, no me he separado de mi idea en todos los equipos en los que he estado. Existe Dios en el fútbol porque me ha pasado en varias ocasiones y me he terminado salvando. Cuando me decían como hoy pierdas te echan, yo decía no voy a ser más defensivo que nunca y más ofensivo que siempre porque es mi forma de entender el fútbol. A partir de pensar así, empezábamos a ganar. Nunca he tenido miedo a que me echen de un club. De hecho nunca me han echado, exceptuando en el Rayo en la anterior etapa. Posteriormente, Enrique me dijo que quería que volviera y estoy aquí. El no estar pensando en que te van a echar te hace sentir libre.

En la línea de su estilo, ¿qué le parece el Ajax?

Yo le vi en la primera eliminatoria y dije, este equipo va a ser campeón. Y la gente se sorprendía. Pero es que el Ajax es el equipo que mejor juega con diferencia. Se le acerca una eliminatoria complicada pero normalmente ganan los que mejores juegan y ese es el Ajax.

¿Y el VAR?

A mi me parece que todo lo que sean medios para mejorar y que haya mayor justicia es bueno. Lo que sí que llevo diciendo mucho tiempo es que hay que optimizar la forma de hacerlo porque es algo nuevo y con tiempo seguro que se mejoran y van más rápido.

Ha entrenado en todas las categorías, ¿con cuál se queda?

Segunda regional (risas). Cuanto más categoría el reto es mayor y siempre te gusta tener retos superiores para poder superarte a tí mismo. En Primera estuve nueve partidos y tuve la suerte o la desgracia de asistir a un entierro, pero no me podía negar a ello. Yo estaba en el Rayo B, que íbamos primeros, y a Ruiz Mateos se le ocurrió que yo me hiciera cargo del primer equipo para salvarlo. No salió muy bien, pero cogí experiencias interesantes al ver como era el mundo profesional.

¿Cómo se gestiona el miedo al error?

El miedo es muy malo y la verdad es que a veces es difícil de combatir. Todo viene otra vez por el ego. Los egos son la antesala del miedo. Cuando uno se mueve con naturaleza, no hay miedo. La naturaleza es libre y amor. Yo trato de ser lo más natural posible y no contemplar el error sino el acierto de mis jugadores. La gente normalmente teme a lo desconocido. Una vez lo conoces ya no le temes. El fútbol es un gran desconocido en muchos casos. Nos basamos en la teoría del caos. En el fútbol lo único cierto es que son 11 contra 11. A partir de ahí es todo incierto. No hay ninguna jugada igual.

¿Entonces la táctica pierde sentido?

El jugador tiene que hacer y yo no soy partidario de que haga algo que yo le digo porque eso le puede bloquear. El entrenamiento que inculcamos es que el jugador invente con la pelota, que haga lo que quiera aunque se equivoque. Cuanto más talento y técnica tenga más posibilidades tendrá de acertar. Lo que hacemos es buscar que el jugador pueda tener opciones aunque se equivoque. Una vez que esto se consigue, nuestra idea es mejorar cada día. Cuando el jugador está mejorando sabe que no hay límites y los errores no son tan graves porque tiene conciencia de que los puede corregir..

¿El buen jugador nace o se hace?

Hay unos que nacen y otros que se hacen. Pero si no te haces, por mucho que hayas nacido, no te vale. Messi nació. Dios le tocó y dijo tú vas a ser el mejor jugador del mundo. Lo que pasa es que si no llega a venir a Barcelona, no le ponen el factor de crecimiento que le faltaba, no entrena con los mejores entrenadores y medios, seguramente que, como otros muchos, tampoco habrían llegado tan lejos.

¿Es difícil para un entrenador planificar una temporada con jugadores que no se adaptan a su estilo?

Nosotros este año hemos tenido enormes dificultades para hacer un equipo. Los jugadores no quería venir porque no pagamos mucho, no teníamos terreno ni para jugar ni para entrenar. Si este año nos mantenemos tendremos más facilidad porque tendremos terreno de juego y estamos en vía de tener una instalación. Además, nuestro estilo de juego está gustando al mundo del fútbol. Pero, tengo decir que mis jugadores son maravillosos por muchas razones. Ha habido semanas que hemos entrenado cada día en un campo diferente. Son jugadores profesionales que llevan tiempo y están acostumbrados a buenas instalaciones. Y, que se adapten a ello y trabajen sin decir nada, con el riesgo de lesiones que hay, lo único que puedo hacer es darle las gracias porque lo que están consiguiendo es muy grande.

¿Mira al futuro en el equipo con usted en el banquillo?

Tengo contrato para dos años más. Yo estoy a gusto y voy a estar más aún cuando tenga instalaciones para entrenar.

Un jugador con mucho peso mediático es Enzo Zidane...

Yo he tratado de ayudarle y no se si habremos conseguido algo o no. El tener un apellido que pesa tanto no es fácil con la edad que tiene. Él vive con eso desde hace mucho tiempo, pero eso no quiere decir que lo lleve bien. Él lo lleva bien porque es un chaval encantador y está muy orgulloso del apellido que tiene. Pero condiciona y es muy complicado. Tiene unas cualidad técnicas exquisitas. Cuando sepa llevar el peso que ello conlleva de forma liviana será mucho mejor en el equipo que esté.

Este domingo os espera un Cádiz que aspira al ascenso.

Trabajamos solo lo nuestro. A veces hay partidos en los que la presión del rival puede jugar un papel importante. Pero, si un equipo está arriba tiene un buen estado de ánimo, no puede pensar que vaya. Tienes que hacer un buen partido, estar a tope y rendir al máximo. El Cádiz es un gran equipo.

Han jugado sin complejos ante equipos históricos, ¿cómo le transmite esa idea a los jugadores?

Las limitaciones son luchar con la idea de que hay limitaciones. Somos ilimitados y podemos ganar en cualquier sitio. Hay que creerse que todos juntos podemos hacerlo. Cuando hay alguien muy superior puede que los jugadores se unan más porque saben que la única forma de vencer es unidos.