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ATLÉTICO DE MADRID - VALENCIA | SIQUEIRA

"Cuando era titular, los últimos 30' terminaba casi llorando"

El de hoy es un partido especial para Siqueira. Se miden, sus dos últimos clubes en España y su carrera. Una lesión de tobillo le obligó a retirarse con 32 años. Recuerda con As.

Madrid
Siqueira, en su casa, con las camisetas de los clubes en los que jugó.
DIARIO AS

-Está 'su' Granada en puestos de ascenso a Primera...

-Hablar de Granada y del Granada (sonríe) ¡es muy fácil para mí! Es el equipo que me dio la oportunidad en España, que apostó por mí. Fueron tres años increíbles en lo personal y deportivo. Lo que yo viví en aquella ciudad es impresionante. Fui parte de un crecimiento de un equipo, el ascenso. Aquí tiene un aficionado y, ojalá, deseando que vuelva a Primera. Es donde merece estar.

-Se retiró con 32 años. Muy joven.

-Sí, de edad lo es, muy joven. Pero la lesión que tengo no me permitía seguir jugando. He tenido tanto dolor en el tobillo, he sufrido tanto… Los compañeros, doctores, médicos que han estado conmigo en los equipos saben lo que yo pasé para poder llegar a un domingo, poder entrenar. Un año, año y medio, de muchísimo sufrimiento. Dejé de disfrutar, de hacer mi fútbol, de ser quien era para pensar solo en el tobillo. Dejé el fútbol con tranquilidad y muy consciente de que lo intenté todo para volver pero no ha podido ser.

-¿Fue complicada la decisión?

-Lo es siempre. Estaba en un momento importante de mi carrera. En equipos importantes. Pero una vez el tobillo empezó a doler, las prestaciones bajan, tu rendimiento, el dolor aumenta, no estás cómodo y tienes que tomar una decisión. Mi familia, la gente más cercana, me ayudó bastante. Desde que la tomé estoy más tranquilo y, lo más importante, no me duele el tobillo como antes.

-Pero sigue ligado al fútbol…

-Sí. Hemos abierto un despacho en Brasil con You First, mi agencia de representación desde 2010, y Savio Bortolini. Estoy feliz con la oportunidad, de muchísima responsabilidad, pero me veo súper capacitado.

-Fichó por el Atleti cuando Filipe se fue al Chelsea. ¿Le llamó? ¿Se conocen de niños?

-¡Qué fácil es para mí hablar de mi Fili (ríe)! Le conozco desde el 2000, cuando yo ficho por el equipo de mi ciudad, el Figueirense, en juvenil. Él estaba una categoría por encima. Al año siguiente coincidimos, creamos una amistad. Es una historia muy bonita. Un chico que de mi ciudad, crecemos juntos, hemos mantenido un nivel de amistad enorme… Cuando surgió el Atleti, claro, lo primero que hice fue llamarle. Me habló maravillas del grupo, del míster, la afición. Para mí siempre ha sido un ejemplo de persona, profesional. Un chico fiel, espectacular. Un ídolo para mí. Y, lo más importante, mi amigo.

-¿Su primer balón?

-Mi padre siempre, siempre ha jugado a fútbol. No a nivel profesional porque en aquella época era mejor trabajar en una empresa que jugar en Brasil. Jugaba en equipos y yo siempre quería ir con él. ¡Iba al cole y en la mochila ponía un balón dentro! ¡Quitaba libros para que entrara (ríe)! Siempre quería jugar, no me quería ir a mi casa (ríe). Mi madre me duchaba y, después, yo salía para volver a jugar a fútbol (ríe): ¡volvía que me quería matar! Fui a una escuela de fútbol sala después.

-Con 15 años le ficha el Inter. Era un niño. ¿Cómo vivió salir de casa, abandonar Brasil?

-No es fácil para un joven, salir de su país. Además, en la época en la que yo me fui no es la de ahora, la de la tecnología. Era todo más difícil, hablar con mi familia, amigos. Pero yo estaba bastante mentalizado y centrado en lo que quería y, al final, el fútbol me proporcionó cosas maravillosas. Estuve de prueba en el Inter un año y ahí empieza todo. Fueron siete años en Italia de bastante aprendizaje. Luego me sirvieron mucho cuando llegue a España.

-Vivió momentos duros, siempre lo dice. Por eso, quizá, la sonrisa es lo que siempre le acompaña.

-Pues sí (sonríe), yo tengo un perfil así. En todo este tiempo de fútbol no tuve problemas con casi nadie. Siempre fui amigo del grupo, una persona muy fácil de convivir. Creo que hay cosas mucho más importantes de las que preocuparse. El fútbol es un deporte impresionante, un trabajo que te da la oportunidad de una mejor vida para tu familia, entonces no tengo por qué verlo de otra manera que con sonrisa y alegría, con entusiasmo.

-Usted era extremo cuando llegó a Italia…

-Sí. Por mi velocidad empecé de extremo en Italia. Pero tenía entrenadores que me decían: "Si mejoras la parte defensiva, de lateral puedes tener carrera". Y yo siempre con la idea de atacar, atacar y atacar. Hasta que cambié un poco y empecé a primar la parte defensiva. En Granada es cuando, de verdad, empiezo de lateral.

-¿Qué es lo más difícil para un extremo cuando se convierte a lateral?

-Cuando tienes la mentalidad más ofensiva y, te dicen de defender (ríe), es más complicado. Lo básico para poder jugar de lateral, yo creo, lo aprendí pero sabiendo siempre que el diferencial estaría en ataque, no en defensa.

-Cuando regresó Filipe, usted estaba en el Atleti y le cedió su '3'. ¿Por qué? ¿Ya sabía que se iba?

- No. Fue porque yo sé que ese número siempre le gustó a Fili, en el Atlético era el que llevaba, y a mí no me importaba cambiarlo por él. Sin saber si me quedaría o no. Porque había salido Mario y estaba libre el 4 y yo nunca, nunca, nunca en mi vida lo había usado, pero no me costó nada darle a Filipe el 3. "No, Sique, quédate el 3 tú, yo busco otro", me decía él. "No, Fili, es tu número, volviste a tu casa y me parece bien que lo cojas".

-¿Cómo ve a Filipe? ¿Está jugando sus últimos partidos?

-Es el lateral que más rendimiento dio al Atleti en su historia. Si son sus últimos partidos yo no lo sé, pero sí que saldrá por la puerta grande. Con cariño del club, de la afición. Lo merece.

-¿Sigue manteniendo el contacto con los jugadores con los que coincidió en Atleti y Valencia?

-Cuando dejas el fútbol es normal que dejas de hablar con muchísima gente. En el Atleti tenía relación con casi todos. Con Griezmann íbamos a mi casa, yo a la suya. Mi exmujer es muy amiga de la mujer de Antoine. Con Godín, con Filipe no hace falta que te lo diga, o con Lucas. Entrenamos bastante juntos los dos, cuando volvió Filipe que no íbamos convocados a los partidos y entrenábamos los dos solos ahí en Majadahonda. Con todos, con todos. Koke, Juanfran, Gabi, Oblak, que lo conocía ya del Benfica. Con Savic, que es impresionante, Saúl, Thomas, que hasta hoy digo que es mi hijo. Y en el Valencia, Rodrigo, Parejo… Todos, todos. Siempre me he llevado bien con todos los compañeros.

-¿Le ha dolido su paso por el Valencia? ¿Esa lesión, que no le salieran las cosas por ese maldito dolor que no se iba?

-Sí. Y me dolía más lo que yo pasaba. Allí dentro, en mi casa, por las tardes cuando entrenaba, y que la gente no sabía. Porque yo también soy una persona que no me gusta estar enseñando cosas para que la agente tenga luego una doble interpretación. Yo siempre fui muy tranquilo, con la alegría, la sonrisa, pero mis días en Valencia fueron muy complicados. De mucho dolor, tratamiento, entrenamiento para llegar al fin de semana. Nunca sabía cómo estaría. Siempre en el minuto 60, cuando jugaba de titular, empezaba a doler demasiado. Y la última media hora jugaba siempre con muchísimo dolor, casi llorando. La lesión me impidió muchísimo tener un rendimiento importante allí.

-¿Cómo se lesionó? ¿Lo recuerda?

-Fue en 2004, una fractura grave que me operé. En 11 años no tuve problema pero, en el Atleti, tras un partido de Copa, ante el Hospitalet, en césped artificial, me empezó a doler el tobillo. A la semana me hice pruebas y se veía que había un problema de cartílago importante.

-¿Afectaba en su día a día?

-Muchísimo. Después del entreno, llegaba a mi casa, comía y venían dos fisios que yo tenía allí en Valencia, Alberto y César, a tratarme. Para reforzar el tobillo. Así era mi día a día, todos los días. Entrenamiento doble para llegar de manera aceptable los fines de semana.

-¿Un resultado para hoy?

-¡Uy, difícil! Estoy muy agradecido a ambos. Quiero que hagan su mejor partido, pero en el tema deportivo un poquito más con el Atleti. Apostó por mí, me fichó cuatro años, me identifico más. Eso sí, que el Valencia gane la Copa. ¡Aquí en Brasil también tienen un aficionado más, estaré animando!