"Me siento muy identificado con Víctor; me transmite confianza"
Eguaras asegura que los meses que estuvo lesionado fueron los peores de su carrera y ahora espera que se vea su mejor versión a las órdenes de Víctor: "Me gusta su forma de ver el fútbol".
—¿Cómo está el vestuario después de la derrota del otro día?
—Anímicamente está tocado. Es evidente que a nadie le gusta perder, pero a la vez está con fuerza, con confianza en lo que es el grupo y con ganas de sacar esta mierda que llevamos haciendo todo el año.
—Contra el Alcorcón, todo lo que pudo salir mal, salió mal.
—Trabajas una cosa durante la semana, llevas una dinámica más o menos positiva tras ganar en casa y empatar fuera, piensas que al volver a La Romareda vas a tener los tres puntos, que sería lo más evidente, pero otro batacazo, a empezar otra vez de cero y cada vez van quedando menos jornadas y esto va siendo más difícil.
—¿Cómo vio desde el campo la entrada de Boateng a James?
—Para mí no era amarilla, sino algo más. Es una jugada en la que entra por detrás, a una altura bastante alta y yo creo que era tarjeta roja. En el juego de los árbitros no me gusta entrar, ellos lo intentan hacer lo mejor posible y está claro que es muy difícil arbitrar y que todos estemos conforme con ello.
—Teniendo en cuenta el historial de lesiones del equipo esta temporada, ¿sintieron cierto alivio cuando se supo que lo de James es sólo un fuerte golpe?
—La temporada ya empezó con muchas lesiones, no hemos tenido ninguna continuidad de estar todo el grupo disponible para el míster y la verdad es que cuando ya va quedando menos te afecta ver que por entradas así puedes tener a otro jugador lesionado. Gracias a Dios no pasó nada.
—A la conclusión del partido un sector de la afición la tomó con varios jugadores. ¿Les preocupa que vaya a más?
—Sí, porque junto a ellos tenemos que ir de la mano. Venir a jugar a La Romareda y ver que tu afición se ponga en contra, que también es comprensible por el año que estamos haciendo, no gusta. Tenemos que ir de la mano. Sé que es una situación muy complicada, pero les necesitamos en los momentos en los que el equipo se vea apurado, sobre todo ahora que queda poco y que en casa tenemos que sacar los puntos como sea.
—¿Tener descanso este fin de semana viene bien o mal?
—Yo creo que nos va a venir muy bien. Anímicamente, después del batacazo del otro día, saber que vas a sumar los tres puntos y que vas a tener un descanso para desconectar y volver con las pilas cargadas le va a venir bien al equipo.
—¿Este fin de semana va a estar pendiente del Extremadura o va a desconectar totalmente del fútbol?
—Yo soy de desconectar bastante, pero siempre echas una mirada de reojo para ver los resultados. Al final, por mucho que no quieras mirar siempre acabas mirando para saber qué ha hecho el equipo que tienes por debajo.
—Hace unos días dijo que no había miedo en el vestuario, pero ¿nota ahora mismo preocupación o inquietud al ver que el descenso está a dos puntos?
—Nada de eso. Sí que es cierto que igual no nos hemos dado cuenta de la situación en la que estamos. Yo creo que es una situación límite, por desgracia he vivido situaciones similares con varios clubes y si no te das cuenta realmente de lo complicado que es sacar esto, es imposible sacarlo. Yo creo que tenemos jugadores con talento y estamos capacitados para ello.
—¿Usted tiene el convencimiento de que el Real Zaragoza se va a salvar?
—Yo estoy convencido porque ha habido tramos de la temporada en los que el equipo ha jugado bien. Es verdad que los resultados no nos han llegado en ningún momento, pero yo al equipo lo veo convencido de lo que quiere, de sacar esto y de aspirar a más, aunque ya no da tiempo a otros objetivos que no sean salvar la categoría. Ahí dentro debemos ser una piña y somos nosotros los que vamos a salir al campo y los que podemos sacar esto adelante.
—Los análisis en profundidad deben hacerse al finalizar el curso, pero ¿cómo calificaría la temporada hasta ahora?
—Mala, muy mala. Veníamos de rozar un ascenso a Primera División, este año veníamos con esa misma ilusión y ha sido un batacazo. Todo ha salido mal y yo el primero. Mi temporada está siendo muy mala y el equipo igual. Ninguno queríamos pasar por esta situación y por eso mismo no pongo una nota buena.
—¿Y qué ha fallado esta temporada?
—La verdad es que no sé dar una explicación. Es cierto que se fue una pieza fundamental como Borja, que es el que hacía los goles. Vinieron dos delanteros a los que se les llevaba esperando todo el verano y que para mí son dos muy buenos jugadores, pero les está faltando el gol, que al final es lo que cuenta. Cuando estaba Idiákez también jugábamos bien, pero vuelvo a lo de que los resultados son lo que cuenta y empiezas a hacer de esto un cúmulo de cosas, una bola que se empieza a agrandar y al final sacas todo lo negativo.
—El equipo no termina de dominar las áreas. ¿Es posible corregir eso?
—Nos está costando mucho ser fuertes en las áreas. Llegamos, no marcamos y a la mínima que el rival llega, te mete gol. Es lo que nos está lastrando todo el año. Al final es un trabajo de concentración, de ir todos de la mano y de cada uno sacar lo mejor de sí mismo en esos momentos.
—Hasta en las malas temporadas se pueden sacar aspectos positivos, como la aparición de jóvenes jugadores como Soro, Nieto o Pep Biel.
—Está claro que la cantera del Real Zaragoza está dando sus frutos. El año pasado ya estaban Delmás, Pombo, Guti y Lasure y este año han subido otros cuatro chavales que encima están dando mucho nivel y en muchos partidos están siendo los más destacados.
—En el plano personal también ha sido una temporada bastante complicada por la pubalgia, ¿verdad?
—Desde finales de la pasada temporada ya empecé con esta lesión y a pesar de haber estado trabajando en las vacaciones que tuve, no pude llegar a la pretemporada. Ha sido un año decepcionante y triste, pero gracias a Dios ahora ya no tengo los dolores de antes y la lesión está prácticamente olvidada.
—¿Qué se le pasaba por la cabeza cuando veía que el dolor no desaparecía, incluso viendo una película?
—Lo primero que se te pasa es que tienes dos opciones: pasar por quirófano o seguir creyendo en el tratamiento que estás llevando hasta el final. Mi última opción era pasar por quirófano porque creía en el tratamiento que estaba llevando y a base de ejercicios, mucho trabajo y muchas horas, dejé el quirófano de lado y tuve la suerte de que desapareciera el dolor.
—¿Fue más duro el momento en el que aparecen las primeras molestias, justo cuando el equipo lucha por ascender, o cuando tuvo que volver a parar en diciembre tras reaparecer?
—El peor momento que pasé fue después del partido de playoff aquí contra el Numancia. A raíz de quedarnos eliminados fue cuando más dolor empecé a sentir en el pubis. No podía dormir ni levantarme del sofá. No podía hacer nada y sabía que tenía algo grave. Yo tenía la esperanza de que fueran pequeñas molestias, pero a partir de ese día sentí que era más importante que lo que yo pensaba.
—¿Aquellos meses lesionado fueron los peores de su carrera?
—Sí, porque nunca había tenido una lesión de larga duración. Es la vez que más tiempo he estado apartado de un terreno de juego.
—¿En qué momento exacto se dio cuenta de que el dolor ya se había ido y estaba recuperado?
—Cuando tuve el parón, justo antes de Navidad, estaba muy mal y al volver de las vacaciones me di cuenta de que ese dolor ya no existía. Cosas básicas como sentarte o levantarte de una silla, que no podía hacerlo antes sin dolor, a raíz de ese momento ya podía hacerlo con normalidad. Para mí fue un alivio poder entrenar sin tomar medicamentos para dejar de sentir dolor y desde entonces apenas tengo molestias.
—¿Fue más un alivio o una alegría inmensa?
—Una alegría tremenda, ya que no sólo te afecta físicamente. Una lesión así te agota mentalmente.
—Usted es un jugador que siempre hace autocrítica y nunca ha puesto la pubalgia como excusa. ¿Por qué?
—Sabía que cuando volví a jugar no tenía por qué poner la excusa de la lesión. Yo volví porque quise, porque veía que era el momento de entrar. Es cierto que después admití que me precipité porque sabía que no estaba bien y fui egoísta en ese aspecto, pero el tema de jugar con dolor era un tema mío. Los médicos me decían que con algo de dolor tenía que estar jugando e intenté adaptarme a ello, pero vi que no podía y tomé la decisión de volver a parar.
—A posteriori, ¿habría hecho algo diferente en todo ese proceso de recuperación?
No me hubiese precipitado tanto a la hora de querer entrar. Si hubiese tenido que estar sin jugar uno, dos o tres meses más, ahora mismo lo estaría porque sé que ni estaba bien ni aportaba nada al equipo y yo me estaba haciendo daño a mí mismo.
—¿Y ahora mismo cómo se está viendo?
—Tuve un tramo en el que me encontraba bastante bien en lo futbolístico y en estos últimos partidos no veo que esté siendo yo. En el partido del otro día creo que estuve muy mal y fallé cosas que yo mismo me pregunto que por qué las fallo, pero siempre he dicho que todavía queda lo mejor para ver de mí y espero que sea en estos últimos partidos.
—En el lado positivo, usted se estrenó como goleador del Zaragoza en Majadahonda. ¿Tenía ganas?
—Sí, porque el año pasado fue el primero en Segunda que me quedé sin marcar en toda la temporada y tenía ganas de hacerlo. La pena fue que no sirvió para mucho, pero siempre te alegra meter un gol.
—Últimamente se le está viendo disparar más. ¿Es casualidad, es la confianza que le dio ese golazo o es lo que le pide Víctor Fernández?
—Siempre me ha gustado tirar desde fuera del área. Son circunstancias que se dan en cada partido al ver que el rival deja esa zona un poco más libre y aprovechas para llegar y tener la suerte de que caiga ahí.
—¿Qué supone para usted estar a las órdenes de un entrenador como Víctor Fernández?
—Es un icono en el fútbol español y es un entrenador al que le gusta mucho el trato con la pelota y me siento muy identificado porque yo soy igual. Me gusta su forma de ver el fútbol y de pensar, es un entrenador que tiene mucha personalidad y que te dice siempre lo que piensa y creo que su llegada nos ha venido muy bien.
—¿Qué impacto tuvo la llegada de Víctor en el vestuario?
—Siempre he dicho que lo que más nos inculcó fue la confianza, el hacernos creer a nosotros mismos que valemos para esto, que si estamos en el Zaragoza es por algo, que somos buenos jugadores y que estamos capacitados para mucho más que estar peleando por la permanencia.
—Si el Zaragoza logra la permanencia, ¿qué porcentaje de culpa tendrá Víctor?
—Bastante. Somos los jugadores los que estamos en el terreno de juego, pero está claro que la pieza del entrenador es fundamental. Desde su llegada los números están siendo más positivos que negativos y se está viendo que su llegada ha hecho que estemos en una posición más favorable que si no hubiera venido.
—¿Qué le está aportando Víctor a usted?
—Ante todo personalidad y confianza. Es una persona que me transmite mucha confianza y eso te hace sacar lo mejor de ti. Desde su llegada me he involucrado más en lo que es el aspecto de equilibrar al equipo y tener mayor protagonismo con la pelota, tanto en la salida de balón como en el ataque. Hay muchos pequeños detalles que igual no me doy cuenta, pero que me sirven para bien desde que llegó Víctor.
—¿Qué valoración hace a nivel individual y colectivo de estos casi dos años que lleva en el Zaragoza?
—Un balance con muchos altibajos. La primera vuelta de la pasada temporada fue dura porque más o menos estábamos en la misma situación que ahora y desde Navidad fue un cambio radical y empezamos a ir para arriba. Creo que fueron los meses más felices de mi vida futbolísticamente hablando. Y este año está siendo un caos que esperemos que acabe con una salvación.
—¿Se siente a gusto y querido en el Zaragoza?
—Sí, siempre he dicho que desde el momento que llegué he sentido que la gente me apoya. Siempre va a haber momentos en los que te van a dar palos, pero para eso somos profesionales. No tengo ninguna mala palabra sobre la afición, la ciudad, el club y mis compañeros porque me ha sorprendido todo para bien.
—Ya dijo que aparcaba el tema de la renovación hasta lograr la salvación matemática, pero al margen de ofertas y negociaciones, ¿le gustaría seguir en el Real Zaragoza?
—Yo tengo un año más de contrato y sé que voy a seguir aquí. Después ya se estudiará la oferta de renovación y la situación en la que vaya a estar el club y la personal, pero yo sé que el año que viene voy a seguir aquí.
—¿Se ve en el futuro ascendiendo con el Zaragoza?
—Sí. El año pasado lo tuvimos en la palma de la mano y yo creo que el proyecto de la temporada que viene tiene que ser para volver a estar en la élite.