David López y Piatti: "Con esta lesión vuelves a la tierra"
Ambos comparten recuperación de los ligamentos cruzados, la por lesión para un futbolista. "Queremos volver a sentirnos fuertes y jugar bien", comentaron para Espanyol TV.
Con tres semanas de diferencia, Pablo Piatti y David López sufrieron la peor lesión que puede padecer un futbolista, la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla, conocida como LCA. Al argentino, la inflamación demoró su operación, que se produjo al mismo tiempo que la del capitán: de hecho, ambos estuvieron ingresados a la vez en la Clínica Quirón de Barcelona, después de exponerse a las ya tradicionales manos del doctor Ramon Cugat. Una recuperación que también la vivirán en paralelo.
"Cuando caí ya me sentí raro, algo no estaba bien. Cuando escuchó el 'clack', empecé a llorar de rabia porque sabes lo que tienes a lo que te enfrentas", recuerda Piatti. "No noté dolor, pero al dar algunos pasos vi que no podía apoyar bien. Fue una jugada en la que el ímpetu del partido me hizo ir a una zona que no debía", explica David López para Espanyol TV. "El click lo hice esa misma noche. Piensas en ello pero lo quieres revertir. Cugat me aconsejó que esperara para operarme y al final fue bien", recuerda el argentino. "Los primeros días son duros, estás en la cama con un drenaje, solo puedes descansar y no puedes hacer nada. Luego llega el momento más duro, te das cuenta de la magnitud: una pierna sin fuerza y una cicatriz grande", relata David López. Ya han pasado siete semanas de sus operaciones.
Una lesión de tal envergadura devuelve a la realidad a los jugadores y les enseña lo que es más importante. Así lo considera Piatti: "Me di cuenta de muchas cosas: del valor del grupo y del cuerpo técnico. Vuelves a la tierra, te tranquilizas", mientras que David López reconoce que la mente juega un papel determinante: "Es una lesión de altibajos, hay días mejores y otros dónde se inflama. Por suerte tienes el apoyo de los compañeros. A veces tengo los mismos síntomas que Piatti".
Ambos están ya inmersos en una puesta a punto que por un lado debe ayudarles a recuperar la movilidad y por otro la masa muscular que se ha ido perdiendo debido a la inactividad. Un proceso que puede tenerlos entre seis y ocho meses sin poder competir al cien por cien, lo que supondría que hasta octubre o noviembre no podrían volver a jugar. Un contratiempo también para la configuración de la plantilla de la próxima campaña, que deberá ser más extensa que la de esta.
No obstante, prefieren dar pasos firmes que dar pasos rápidos. "No me obsesiona volver a jugar, sino volver y estar bien. Quiero sentirme bien, fuerte y competir", comenta el extremo, quien cree que el equipo "demostró carácter y se quitó la mochila". Para el capitán, "la clave es volver bien, no recaer, y coger una buena forma física". Cree que los "nervios porque los de abajaron apretaban" ya han pasado.