"Zidane ha sido el gotelé de Florentino Pérez, le ha salvado"
German Pose (Madrid, 1960), escritor y periodista, ha publicado recientemente su último libro, 'Final entre fantasmas', un conjunto de relatos.
¿Qué se va a encontrar el lector en su libro?
La idea era construir un relato a partir de diferentes actitudes o acciones, destellos y flashes relacionados con diferentes disciplinas deportivas y conectarlos con la vida. Y ha sido un viaje apasionante. Al fin y al cabo, la vida es pura competición. Tan intensa como siniestra. Es un juego también contra la muerte. No queremos ser conscientes de que esto termina mal, todos palmando. El libro contiene pensamientos diversos y dispersos muy del tipo mío, es un ensayo y a la vez un experimento, delirios, crónicas… El libro contiene hasta un aire de vodevil, de puertas que se abren y se cierran.
'Final entre fantasmas' es el relato que da título al libro.
Esto fue una especie de experimento interior mío, como una especie de chamán que se va al monte. En este caso no había peyote ni sustancias alucinógenas, pero es la recreación de un momento surrealista, intenso, con mi padre muerto. Es un hecho real aunque parezca un delirio. Se lo dije a mi madre: "Voy a ir al cementerio donde está enterrado papá a escuchar en un transistor la final de Milán".
¿Cómo le fue la experiencia?
Mi padre fue el primero que me llevó de la mano al fútbol, en este caso al Bernabéu. El deporte nos conecta con los seres queridos. Hay un capítulo, Dios es Redondo, que es el título de una novela de un escritor mexicano, Juan Villoro, en el que se habla de lo que es el sentido de pertenencia, la fascinación y la iniciación. El chaval que se inicia en el fútbol de la mano del padre. Y tiene Villoro una frase magnífica: "Un estadio es un buen lugar para tener un padre y el resto del mundo un lugar ideal para tener un niño".
Hablábamos de su padre…
Vaya por delante que yo jugué en el Atlético aunque sea del Madrid. Me llevaba mi padre a la Ciudad Deportiva a jugar. Y yo tenía que defender mi camiseta rojiblanca. Javier Marías también habla del fútbol, como esa recuperación semanal de la infancia. Estos recuerdos son algo más y trascienden, y es otro misterio. Ser del Madrid, del Atlético, del Barça o de cualquier otro equipo encierra una serie de misterios que muchas veces son insondables.
Claro.
Un gran escritor uruguayo, Eduardo Galeano, al que también cito de alguna manera, decía: “Yo me quedo con esa melancolía irremediable que todos tenemos después de hacer el amor y al final de un partido de fútbol”. Y eso es increíble.
¿Es más fácil ser del Atlético que del Madrid?
De eso hablo también en el libro. Es lo más difícil del mundo ser del Madrid. Los del Atlético lo tienen más fácil, están siempre en la frontera. Si palman, como son todo coraje y corazón… Qué manera de palmar, qué manera de perder… Y no pasa nada. Casi es peor que ganen, porque así se les puede quitar esa mística. Así que bueno, están siempre salvados...
¿Y qué ocurre con el Madrid?
Tiene una especie de maldición, la de estar condenado a ganar y a satisfacer las necesidades de excelencia de su grey. Y eso es muy difícil. También Borges, aún siendo antifutbolero, tiene una gran frase: "No se puede ser sublime sin interrupción". Y claro, el Madrid ha sido tres veces seguidas campeón de Europa, cuatro en cinco años. Es que ya cansa, como cansó el Madrid de Di Stéfano.
Dedica palabras a Florentino y dice que "cada vez embauca menos".
Hablo de Florentino en una época pasada y lo relaciono con la táctica del gotelé. El gotelé está muy mal visto ya entre los profesionales de la pintura y en la época en la que lo escribí el Madrid no estaba en su mejor momento, fue antes del gran ciclo. El gotelé es un tipo de pintura que sirve para tapar todos los imperfectos. Una pared bien lisa te la tienes que currar. Y con el gotelé no hace falta.
¿Y fue Florentino el rey del gotelé?
El rey del gotelé total. Y ahora mismo, aunque yo siempre he sido un gran admirador de Zidane y lo tengo entre mis preferencias, el técnico francés ha salvado a Florentino de otra caída hacia el infierno o de una quema. Fíjese cómo estaba el Madrid, la chapuza de Lopetegui, Solari, lo otro… Zidane ha sido el gran salvador de Florentino. Estaba achicharrado, no habría aguantado ni un minuto más en el palco tal y como estaba el equipo esta temporada. En este caso, el gotelé de Florentino ha sido Zidane. Veremos cómo termina esto.
¿Cómo encuentra las historias?
Se plantean a partir de instantes fugaces. Una Semana Santa en la que se me cruza el Via Crucis e indagas en ello, y empiezas a leer, y se te cruzan referencias históricas y piensas que esto es una animalada. Y lo relaciono con la prueba del Iron Man, que es otra animalada. Y titulo la historia Jesucristo Iron Man, ya sabe que son tres pruebas seguidas, cuatro kilómetros de natación, 140 de bicicleta y una maratón. ¡Todo a la vez! Y hay que hacerlo en un máximo de 17 horas y el récord del mundo está en siete.
Entiendo.
Ya le digo, instantes fugaces, las miradas de dos boxeadores antes del combate. Ese duelo. Me apoyo en qué han escrito los grandes sabios y pensadores sobre la mirada. Sartre dice: “El infierno es la mirada del otro, y en la mirada del otro es donde encuentro la verdad que yo sé”. Bueno, ahí ya nos metemos en historias… Hay estudios que dicen que más de 15 segundos de una mirada fija produce irritación, malestar, inquietud y casi agresividad en el otro. Imagínese a esos dos boxeadores…
¿De qué más habla?
De situaciones que me he ido encontrando en la vida. Hay una escrita de hace mucho tiempo, 'Colgado de mi asombro', que fue uno de los momentos más escalofriantes que he pasado en mi vida ante el televisor, la hazaña de Félix Baumbartner, que saltó desde el espacio a 39 kilómetros de la Tierra. Y a partir de ahí construyo una historia sobre el asombro, y divago. Y por ejemplo Platón dice: "El asombro es el origen de la filosofía2. Y a mí aquello me produjo una sensación de vértigo incontenible. Casi tiemblo viendo a ese tipo.
Tiene otro capítulo, 'Salir de la taquilla'.
De la homosexualidad en el fútbol nunca se habla. Sigue siendo una especie de tabú. La estupidez de actitudes y de pensamientos… En la antigua Grecia se glorificaban las relaciones homosexuales, y sobre todo en el deporte. Incluso el ideal de belleza de los antiguos griegos… El primer atleta corre desnudo en el 720 antes de Cristo… El dramaturgo Aristófanes nos dio las claves del ideal de belleza: "El pecho fuerte, la piel brillante, los hombros anchos, la lengua corta, el culo grande… y la polla, pequeña". Un miembro grande no era síntoma de virilidad, sino de todo lo contrario, de ser un sátiro, un bárbaro, uno de otro mundo…
Sin complejos.
En el libro hablo desde los atletas al fútbol, del tenis, del ajedrez, de la cruel derrota de Kasparov con la máquina Deeper Blue… doy un repaso interesante, divertido.
Como con la figura del ciclista que encarna al antihéroe.
Por ejemplo, cuando todo el mundo está con la ambición de la victoria, de ser el número uno, hay un tipo llamado Wim Vansevenant, gregario de lujo de Evans, del Lotto, que pasó a la historia por ser último en tres ediciones seguidas del Tour, en 2006, 2007 y 2008. Y en 2005 quedó penúltimo, porque esa última plaza se la arrebató un corredor navarro que se llama Mikel Flores. No habrá habido gregario más generoso para el equipo, pero su ambición, tras cumplir con su deber, era quedar último. Y el tipo sentenció: "He entrado en la historia a mi manera".