Con Zidane, Gareth Bale ya acabó desconectando del fútbol
Los pitos reflejan que al club no le interesa cuidarle. Su futuro equipo debe lograr que el jugador galés vuelva a enamorarse del fútbol.
Santi Solari dejó a Bale en el banquillo ante el Atleti en el Wanda (9 de febrero). Gareth entró y marcó el gol que decantó definitivamente el partido en favor de su equipo (el tercero de aquel 1-3). Parecía enfadado con el mundo, pero su presencia e influencia durante la media hora que jugó fue notable. "¿Por qué no juegas siempre así, hombre?2, se le preguntó. "Es que estaba enfadado", contestó. "Pues habrá que enfadarle más a menudo", alguno pensó. De hecho, el propio futbolista reconoció que su actuación estelar en la última final de la Liga de Campeones y sus dos goles se debieron también al mosqueo de verse relegado a la suplencia cuando el galés había fichado por el Madrid para jugar partidos de ese calibre. Conclusión: hay que saber tratar al Iceman. ¿No es así con todos?
Se le acusa de no dar suficiente, pero 14 goles en 38 partidos en todas las competiciones no son poca cosa para un extremo. ¿Estamos pidiendo que salve la temporada? Ah, no, eso no, porque líder no lo ha sido nunca… en el Madrid. Con Gales se siente la figura indiscutible y le gusta salir al campo pensando que si se gana posiblemente sea por él. En el Madrid pasó por momentos en que se sintió respetado, querido, admirado incluso, por su velocidad, su efectividad, por sus goles de cabeza, sus zurdazos. De eso hace mucho. No está siendo su mejor temporada pero, ¿quién puede decir que está a su nivel en el equipo con la excepción de Benzema?
Con Zidane, Gareth acabó prácticamente desconectándose del fútbol. Entrenaba, pero oía a su cuerpo más que nunca, más atento que nunca, más delicado que nunca. El problema seguramente estaba en su cabeza. El preparador francés no le pasó el brazo por el hombro y se fue descolgando. Hasta ahora los suyos han sentido que la campaña contra Bale había sido únicamente mediática porque los mensajes que les llegaban desde el club eran tan positivos que se solía decir que mientras estuviera listo "lo jugaría todo". Ahora ya no se sabe bien por qué se le silba a los tres minutos y a los cinco todavía con más fervor… A no ser que ya no interese cuidarle y decirle lo que quiere oír.
En todo caso, Bale no quiere salir del Real Madrid. No cree que exista otro club como el Madrid, pese a todo. Hay quien dice que si se tiene que ir costará motivarle para seguir destacando regularmente en la élite. En el Manchester United se ha calculado que su edad (30 años en julio) y el coste no justifican un traspaso, pero ya se sabe que en momentos de zozobra (como ocurre en Old Trafford) todo es posible. Si se marcha, y eso está por ver, el trabajo más importante para su nuevo club será conseguir que vuelva a enamorarse del fútbol.