Tablas en el charco
Ibra adelanta al Oviedo aprovechando un balón trabado en el agua y Mir empata al final en un error de Champagne.
La lluvia impidió un fútbol más lucido y Oviedo y Las Palmas nunca pudieron superar los charcos. Ibra adelantó a los locales aprovechando precisamente una pelota que se quedó trabada en el césped y cuando parecía que la victoria sería local, llegó el error de la temporada. Chutó Mir con escasa fe y a Champagne se le coló el balón entre las piernas. El 1-1, juego de errores, reparte puntos sin que a ninguno le sepa a un botín jugoso.
El Oviedo salió al campo con más prisas. De ahí que Bárcenas y Javi Hernández avisaran en los primeros diez minutos con sendos disparos arriba. Más clara fue ocasión generada tras un rebote en Aythami a los 17 minutos: la pelota rozó el poste. El Oviedo fue apagándose poco a poco, contagiado por el ritmo hipnótico de Las Palmas con la pelota, una sucesión de pases sin mucha intención ofensiva. La opción más clara de los visitantes, no obstante, llegó a la contra. A los 23 minutos, Lemos encontró una vía para mostrar su velocidad. Ingresó en el área, recortó y disparó, pero su zurdazo salió desviado.
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Pepe Mel había diseñado perfectamente el partido en la fase defensiva. Las Palmas se juntaba por dentro, dinamitando el juego azul, que solo encontró aire en los balones al pie a Berjón o a la carrera de Carlos Martínez, maratoniano en su banda. En un rechace, Jimmy encontró al fin a Joselu en el área, que definió a la red. El tanto fue anulado por fuera de juego.
Intentó el Oviedo repetir fórmula efervescente al inicio del segundo acto. Encontraron los azules a Berjón y el resto fue cosa del extremo: recorte y disparo en parábola al que Raúl respondió con una buena mano.
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Mel movió el banquillo con Rafa Mir acompañando a Castro en ataque. Apuesta por la dinamita. Anquela respondió con Ibra y Toché en el campo. En los últimos 20 minutos se disputaría un nuevo partido. Un choque a guantazos. Las Palmas se refugió entonces en el balón parado. Lemos centró a los 65’ y la pelota se paseó hasta chocar con el poste. Tres minutos después, De la Bella cabeceaba pero Champagne intervenía ágil. Ibra respondió con un zurdazo que salió centrado.
A los 80 minutos, llevó el zarpazo local. Fue cosa de un charco. De un charco y de la fe inquebrantable de Ibra, un suplente con sonrisa. El senegalés olió el lío en que se iba a meter Raúl para anotar controlar y disparar a la red. El choque parecía sentenciado con la acción de Ibra, pero quedaba una última escena. Mir se hizo con el balón en la frontal y disparó blandito, al medio. Champagne se dispuso a cogerla pero la pelota se le escurrió entre los guantes y entró a la meta por debajo de la piernas. Cruel desenlace para uno de los jugadores azules más destacados en los últimos meses.