Un penalti en el 95’ lleva a un gran Barça a la Final a Cuatro de Nyon
Monchu y Fati le dieron la vuelta a un partido que se había puesto cuesta arriba con el gol de Ndicka. El Barça para la Final a Cuatro y defenderá el título.
Cuando pasen los años y estén donde estén porque unos llegarán y otros no, los chicos del Barça recordarán cómo se clasificaron para la Final Four 2019 de la Youth League. Fue un partido memorable, decidido con un penalti sobre el prometedor Ansu Fati que transformó Alejandro Marqués en el minuto 95. Las lágrimas de Arnau Tenas, la euforia en el Mini, con 1.162 espectadores que tomaron la decisión correcta acudiendo el partido, fueron las imágenes de un desenlace agónico que premió al Barça pero que también merece un aplauso para el Olympique de Lyon, vibrante en la primera parte y luego superado, pero valiente para empatar a dos en el minuto 88. Cuando los franceses tenían en la mano alcanzar la tanda de penaltis, que así se habían clasificado ante el Ajax en octavos, llegó la acción del penalti a Fati y el 3-2 de Marqués. El Barça defenderá título y jugará su tercera Final a Cuatro consecutiva desde el 26 de abril en Nyon.
La primera parte, fantástica, se jugó a tumba abierta. Y tal vez el Barça se pasó de frenada. Su precipitado inicio permitió dentelladas del Lyon al contragolpe. Una pérdida imperdonable de Monchu en el centro del campo generó un contragolpe mortal. Caqueret metió el balón al espacio y Ndicka Matam definió con suavidad ante Arnau Tenas, algo precipitado en la salida. Pudo ser peor. El portero de Vic salvó el 0-2 ante Soumare, devastador por la banda derecha, y Caqueret en una doble acción que pudo cerrar el partido. Desbordado atrás, el Barça quiso recomponerse a través de Collado, zurdo fino y con criterio que puede soñar con el primer equipo. El mismo Collado le puso un balón de oro a Ansu Fati, que se estrelló en Barcola.
Monchu no iba a dejar el partido sin desquitarse de su error en el 0-1. Su gol después de una carambola a la salida de un córner dio paso a cinco minutos mágicos. Era el momento de Ansu Fati, el futbolista nacido en Guinea-Bissau y crecido en Herrera (Sevilla). Su segunda parte fue memorable. Con 2-1, el Barça tenía el partido donde quería pero el carrusel de cambios que favorecen los cinco cambios que permite la UEFA en la competición le quitó ritmo al partido y dejaba abierta la puerta a una jugada aislada. Recién salido, Griffits hizo el empate a dos. Y, sin embargo, el Barça siguió creyendo y peleó un balón imposible que acabó en pies de Fati. Kalulu le cargó, Higler pitó penalti y llegó el éxtasis. Marqués llevó al Barça a Nyon.