Monchi vs. Marcelino
Euforia en Sevilla y Valencia, a la caza de Champions (16:15, beIN Sports). 'Redebuta' el director deportivo ante un ex técnico que él fichó.
Uno de los momentos más felices de Monchi como director deportivo del Sevilla sucedió contra el Valencia en la semifinal de la Europa League de 2014. Aquel episodio de Mbia y aquellas imágenes en el túnel de vestuarios de Mestalla, con el león de San Fernando embotado en una camiseta de Cristóforo, darían para un libro. Uno de los momentos más tristes de Monchi fue, sin embargo, la destitución de Marcelino como entrenador del Sevilla. Las imágenes del asturiano apoyado en su coche frente el Sánchez Pizjuán después de la rueda de prensa de despedida, casi entre lágrimas, darían para otra buena historia.
Monchi siempre fue de Marcelino así que, casualmente, ha podido invitarle al estreno de su remake en el Sevilla-Valencia (sigue el partido en directo en As.com). "El Padrino II fue mejor que El Padrino I", dijo el 18 de marzo en su presentación. En sus primeros meses, hay mucho en juego. El Sevilla, como el Valencia, persigue la cuarta plaza de Champions, y tiene dos partidos decisivos en casa porque el jueves lo visita el Alavés. A los che, después de Nervión, les espera el Madrid en Mestalla. Los dos sabrán a mitad de semana si la Champions es una opción real.
Caparrós, en labores de interinidad, ha borrado las huellas del entrenador al que él trajo. En Cornellà dijo adiós a los tres centrales de Machín y regresó al 4-4-2 para proteger con Amadou y Gonalons. Su problema, más allá de la baja clave de Sarabia, estará hoy en la portería. Con Vaclik y Juan Soriano lesionados, el portero titular será Javi Díaz, del filial. Toda una amenaza ante Kevin Gameiro, otra apuesta de Monchi en su día que llegó a marcar 29 goles en la temporada 2015-16 tras el adiós de Bacca. El francés ha resucitado en 2019 y su tándem con Rodrigo al fin ha descorchado fútbol. Con todos los frentes abiertos y con la moral por las nubes, el Valencia llega a Sevilla sin complejos y aparentemente fresco en vísperas de un mes que se prevé apasionante.