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¿Qué fue de Michu? De rugir en el Tartiere a los despachos

El que fuera jugador del Oviedo se retiró por problemas en su tobillo derecho. "Me sigue doliendo", reconoció a As. Ahora, es director deportivo del Langreo.

Michu celebra un gol con el Oviedo en su primera etapa en el club.
Eloy AlonsoDiario As

Miguel Pérez Cuesta, por todos conocidos como Michu, vivirá desde los despachos un nuevo derbi asturiano entre Sporting y Oviedo. Verá el partido, eso no hay duda, aunque aún no sabe si lo disfrutará en el campo. A sus 33 años, el mítico jugador ovetense es director deportivo del Langreo, que ya prácticamente ha sellado la salvación en el Grupo II. El atacante tuvo que abandonar su andadura en el mundo del fútbol por problemas en su tobillo derecho, pero quiso seguir vinculado al que siempre había sido su gremio. 

Michu es uno de los símbolos del Real Oviedo en el siglo XXI. Allí dio sus primeros pasos en el mundo del fútbol. En la temporada 2003-04, con 17 años de edad, debutó con la camiseta del primer equipo en Tercera División. Dos campañas más tarde, se logró el ascenso a Segunda B, con el mediapunta como protagonista. Su trabajo en Asturias llevó al Celta a interesarse por él. El futbolista, con dolor por todo lo vivido, no pudo continuar en el barco con el descenso del Oviedo a Tercera. El hijo pródigo se marchó, no sin antes haber cumplido su sueño. "Tuve la suerte de salir muchas veces como capitán con la grada llena mientras sonaba el himno. Es la sensación con la que había soñado desde niño. Ser capitán en el Tartiere", reconoció en una entrevista con la Revista Líbero.

Así, recaló en Vigo; una oportunidad de oro para relanzar su carrera. En la 2007-08, alternó el primer equipo y el filial hasta consolidarse con un jugador, a todas luces, de la primera plantilla. La explosión en su carrera llegaría con su traspaso al Rayo Vallecano. Como picapedrero del fútbol, Michu enamoró a Vallecas con su compromiso y sus excelentes cifras goleadoras. Quince goles en Primera en su primera aventura le dispararon en el mercado inglés. En el Swansea, viviría los mejores momentos de su carrera. No solo por su acierto (se llegó a viralizar el hastagh #NiceToMichu), sino, sobre todo, por su llamada con la Selección española. Para los más noveles, aquel despunte fue similar al de Jaime Mata, jugador sensación por sus números en el Getafe naciendo desde abajo.

Vivir con dolor

Todo se torció. Michu se estaba recuperando de un esguince en el tobillo izquierdo y empezó a padecer del derecho. De un día para otro, su vida cambió. Continuó jugando, pero el dolor no le dejaba ponerse a la altura de sus compañeros. Pasó por el quirófano una vez, otra, otra... Intentó triunfar en el Nápoles, pero su salud no se lo permitió. Aquello fue el principio del fin. Incluso, a día de hoy, sigue sufriendo dolores, tal y como ha reconocido el exjugador a este periódico: "Me sigue doliendo. Tengo más o menos dolor al caminar. Al final, el fútbol profesional, el fútbol de élite tiene estas cosas, puede haber lesiones y secuelas". Lo afirma con una sonrisa en la cara, no pensando en lo negativo y sí en su nueva oportunidad: "Me está tocando vivir esa cara, pero por fortuna puedo seguir ligado al mundo del fútbol".

A pesar de todo, el coraje que siempre demostró en el terreno de juego también se contagió en su espíritu alejado del césped. El Langreo, donde entrenaba su hermano, le dio la oportunidad de resurgir de sus cenizas. En los fríos campos de Tercera, volvió a sentirse futbolista, marcando diez goles. De lo más alto a las profundidades del fútbol español, para volver a vivir. En casa. Tiempo después, ese mismo club le ha permitido seguir vinculado al deporte rey. "El año pasado hice el máster de Dirección Deportiva en la RFEF y ya era parte del cuerpo técnico del Langreo, en el año del ascenso. Está mi hermano allí de entrenador, hay buena sintonía con el club, me ofrecieron el cargo y estoy muy contento. Es muy difícil ser director deportivo de un equipo de Segunda B con 32 años. Tengo la fortuna de serlo y por ahora la cosa marcha bien", contó en As.

Entre medias, el Tartiere aún aguantaba una taquilla del vestuario para 'su' Michu. La temporada 2016/17 sería la última, y en el Real Oviedo. En 28 partidos marcó tres goles, antes de colgar las botas. El 25 de julio de 2017 anunció su retirada, no sin antes agradecer al club de su corazón por todo lo que le ha enseñado. "Un recuerdo particular para todos los oviedistas del mundo, sin ellos no podría haber sido feliz durante todo este viaje", enunció en su despedida. No le quedaba otra, ya que el dolor no le permitía seguir: "Creo que forcé más de la cuenta. Los médicos me recomendaron ya parar. Hay que convivir con lo que quede. Tengo que pensar a ver si me opero y me puedo hacer una limpieza. Ahora mismo no lo tengo en mente". Así llegó el adiós de un símbolo.

Michu celebra uno de sus últimos goles en Segunda División con la camiseta del Real Oviedo.
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Michu celebra uno de sus últimos goles en Segunda División con la camiseta del Real Oviedo.Eloy AlonsoDiario As

Del campo a los despachos

Con 33 años recién cumplidos, Michu goza de la responsabilidad de llevar la dirección deportiva de un equipo de Segunda B: el Langreo. En lo deportivo, por el momento, no tiene queja: "Estamos cerca de cerrar el objetivo, que sería un éxito, la permanencia en la categoría. Estoy muy contento". El equipo está a nueve puntos del Playoff, pero mantiene los pies en la tierra: "El objetivo es la permanencia, el Playoff es una utopía, estamos muy lejos y tenemos por delante a equipos mucho mejores, con mucho más presupuesto. Salvarse ya es un éxito tremendo".

Su visión del derbi asturiano

Como buen asturiano y oviedista, Michu sigue de cerca la actualidad de los dos equipos más brillantes de su región. Sobre todo, de 'su' Oviedo. Sin embargo, no se moja sobre quién es el favorito: "Es un partido de mucha igualdad, de muchísima rivalidad. Se están jugando los dos mucho porque el objetivo de ambos es disputar el Playoff y ahora mismo no está ninguno dentro. Se definirá por pequeños detalles". Eso sí, se decanta por el club de sus amores: "Espero que caiga del lado azul".

Michu prefiere mantener los pies en la tierra y considera que el ascenso es un objetivo complicado para el equipo de Anquela: "Hay equipos muy fuertes y de más presupuesto por delante. El Oviedo lleva cuatro temporadas en Segunda y jugar el Playoff sería un paso aunque no se ascendiese. Ya tienen la permanencia matemática y si se consigue el Playoff sería una temporada extraordinaria".