Tridente: 44 millones en sueldos para no rematar una vez a puerta
Simeone alineó en San Mamés a Diego Costa, Morata y Griezmann pero no le salió: ninguno disparó a portería. Sólo sumaron un remate cada uno. Fuera.
En siete días el Atlético de Madrid ha podido decir adiós a las dos competiciones en las que seguía vivo: la Champions, tras la caída en Turín, tras perder 3-0 y dejar en nada el 2-0 de la ida ante la Juventus, y ayer, en San Mamés. Si hoy el Barcelona gana al Betis se pondrá a diez puntos. Ayer si hubiera ganado al Athletic habría dormido a cuatro. Pero no. Perdió. Y eso que Simeone alineó toda su pólvora, el tridente formado por Griezmann, Morata y Costa. Ninguno de los tres remató ni una vez a puerta.
Un dato que resulta llamativo (sumaron un disparo fuera cada uno). En esa delantera, el club rojiblanco se gasta 44 millones netos en sueldos sólo para pagarles a ellos. 24 son los de Griezmann, que vive uno de esas rachas valle en el peor momento de la temporada: seis partidos seco. Desde que marcó en Vallecas hace un mes, nada. Y entre medias pasó la Juve y cogió el tren a cuartos. Y entre medias parece que el de LaLiga ha terminado de marcharse. El Atlético del Cholo era, hasta ahora, el único equipo capaz de mantenerle el pulso al equipo de Valverde. El Atleti hizo un esfuerzo económico brutal el pasado verano para tratar de retenerle y que pudiera sentarse a la mesa de Cristiano y Messi en días como estos. Al menos en sueldo lo hace. No parece haber sido suficiente.
Por recuperar a Costa el Atlético también hizo una gran inversión. Fue hace dos veranos, tras tres fallidos. Pero las lesiones han perseguido al de Lagarto casi desde que el Atlético le inscribiera, el 1 de enero de 2018. Casi suma más que goles, que no han sido tantos, once en total, cuatro esta temporada y siete la pasada (nueve asistencias), en un total de 42 partidos. Costa cobra diez millones de euros netos. Hay un desequilibrio en la balanza, entre lo que cobra y lo que de momento ha dado.
También son diez millones de euros netos la ficha de Morata, el último en llegar, cedido del Chelsea. Los siete días que han pasado le han borrado la sonrisa. También se quedó seco en el momento más crucial de la temporada. Ninguno de los tres fue determinante, como su sueldo diría, en San Mamés. Simeone lo intentó, buscar sus goles, variando el sistema en la segunda parte ante el Athletic y colocándoles en rombo. Nada. Se fueron del partido sin disparar a puerta. Como en Turín. Mientras eso que tenían y luchaban se aleja definitivamente de sus manos.