SLAVIA DE PRAGA 4 - SEVILLA 3 (6-5)
El Sevilla se suicida en el último minuto de la prórroga
Los nervionenses empataron dos veces y se pusieron por delante en el tiempo extra, pero el Slavia le dio la vuelta en una jugada que retrata a la defensa de Machín.
Un gol en el último instante después de mil rebotes y de no despejes, casi cómico, tumbó al Sevilla en el último minuto de la prórroga. Cayó el Rey de la Europa League y lo hizo de la forma más dolorosa y que más secuelas deja. Ha cambiado de lado la épica que tantas veces acompañó al equipo de Nervión en su epopeya continental. Ahora sí, después de levantarse tantas veces, puede que haya acabado un ciclo. De momento Pablo Machín, que salvó un match-ball ganando a la Real Sociedad, queda muy tocado. Posiblemente se juegue el puesto en Cornellá antes del parón internacional.
El estadio se llama Eden Arena pero a los equipos los recibe en el calentamiento Highway to Hell (Autopista hacia el infierno) de AC/DC. También suena Eye of the Tiger, de Survivor, BSO de Rocky y toda una oda a la resiliencia. Al son de los dos temas bailó el Sevilla 119 minutos, impedido en ataque por un césped infame y acusando detrás la misma incapacidad defensiva que le condena últimamente, sobre todo fuera de casa. Así, Ngadau remató a placer un córner que se había paseado sin despeje por todo el área sevillista para inaugurar el marcador al cuarto de hora.
Promes era el mejor del Sevilla. Profundo, con desborde y remate. El holandés mandó un balón al larguero y percutió por su banda media docena de veces antes de que Kolar, el portero local, le derribara dentro del área. Lo convirtió Ben Yedder justo antes de descanso y tuvo que volver a remar el equipo de Nervión otra vez después de él. Penaltito de Navas a Boril para que convirtiera Soucek (46'). No había aparecido Munir en toda la primera parte, pero vaya cómo lo hizo en la segunda: desde 25 metros, zurdazo a la escuadra para empatarlo (2-2, 54').
Eliminatoria igualada, tregua en la áreas, sólo rota por algún balón parado del Slavia (dramáticos, casi siempre, para Vaclik) y por otra estrategia del Sevilla llegando al 90' que Ben Yedder cabeceó sin fuerza, al menos la suficiente para evitar la prórroga.
Sustituto al final, Mudo Vázquez pareció silenciar el coliseo checo con un gol de cabeza a centro, cómo no, de Promes. Pero este Sevilla apenas sabe defenderse. Van Buren, otro cambio, madrugó a Sergi Gómez y fusiló a placer para prolongar el sufrimiento y mascarse la tragedia. Una tragedia que llegó cuando nadie o quizá todos lo esperaban: en el último minuto de la prórroga, cuando sólo había tiempo ya para lamentarse.